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Una embarazada tiene que cuidar su alimentación y prestar atención a qué alimentos puede tomar y cuáles no, tal y como explicamos en nuestro artículo ‘Alimentación en el embarazo: todo lo que no debes comer’. Sin embargo, si durante el verano la mujer está embarazada, debe tener en cuenta algunos consejos y cuidados especiales para poder combatir el calor y mantener una buena hidratación, entre otras razones.
Hidratación
En verano, es fundamental que la embarazada intente evitar el riesgo de deshidratación: «La hidratación alcanza un nivel más importante en esta etapa y en estas fechas, ya que no podemos descuidar este aspecto porque puede provocar problemas como mareos o desfallecimientos. No solo podemos beber agua a través del agua, valga la redundancia, sino que es una temporada con frutas con mucha cantidad de líquido, como la sandía, el melón, melocotón, piña o cerezas», aconsejan desde la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME).
Beber abundante agua, recurrir a alimentos refrescantes como las frutas que mencionamos antes, las infusiones (las que sean aptas para embarazadas) y las bebidas no gaseosas también son buenas aliadas para una correcta hidratación.
Alimentos refrescantes aptos para embarazadas
No solo se consigue una buena hidratación a través de los líquidos, elegir alimentos ricos en agua y refrescantes es muy importante.
– Como decíamos, las frutas de temporada como el melón, la sandía, la piña o las cerezas son muy buenas opciones.
– El gazpacho, el salmorejo, las cremas frías como la de tomate y el ajoblanco son opciones refrescantes, saludables y nutritivas. El gazpacho de sandía es una receta fácil y refrescante de verano.
– Las ensaladas también deben tener mucho protagonismo en la dieta de la embarazada en verano.
– Las verduras y legumbres que pueden servirse frías, como la ensalada de garbanzos, judías blancas o lentejas, los cogollos, las alcachofas o la coliflor, por ejemplo. Hay que recordar que, al igual que las frutas, las verduras deben lavarse bien antes de consumirlas, bajo el chorro de agua, evitando tenerlas mucho tiempo en remojo. Para cocinarlas es conveniente hervirlas con poca agua o hacerlo al vapor para que pierdan la menor cantidad posible de nutrientes.
– Los yogures naturales y el queso fresco (siempre que esté hecho con leche pasteurizada) son también buenas opciones. Es importante tener cuidado con el queso que se elige, por eso, te recomendamos salir de dudas con este artículo: «Quesos y embarazo: cuáles se pueden comer y cuáles no». En cuanto a los yogures, es mejor elegir los más bajos en grasa.
– Permitirse algún capricho como un helado de forma ocasional también es una forma de refrescarse.
Mantener un buen consumo de fibra
El estreñimiento es un problema habitual en muchas mujeres durante el embarazo, por eso, no se debe descuidar la dieta en verano y es necesario tener un buen aporte de fibra. Las frutas y las verduras, las legumbres y los cereales integrales deben ser protagonistas también en la dieta de una embarazada en verano. Te damos más ideas en el artículo “Alimentos para evitar el estreñimiento en el embarazo”.
Intoxicaciones alimentarias
En verano son más frecuentes las intoxicaciones alimentarias, ya que el calor ayuda a la proliferación de bacterias y a la contaminación de los alimentos. Se recomienda extremar la precaución, sobre todo al comerlos fuera de casa, con estos alimentos:
-Huevos: durante todo el embarazo es importante consumir huevos que estén bien cocidos y tener la misma precaución con las preparaciones que los contengan, como las mayonesas, por eso si las tomamos fuera de casa, mejor que sean industriales. El mayor peligro con este alimento es contraer salmonelosis o listeriosis.
-Pescado: se recomienda evitar los pescados de gran tamaño, como el atún rojo, por el riesgo de que contengan mucho mercurio. Además, hay que tener presente el peligro de anisakis: para evitarlo se recomienda consumir el pescado ultracongelado y evitar los pescados crudos o poco cocinados, como los salazones, ahumados o escabeches. También se consigue eliminar este parásito cocinando el pescado a temperaturas superiores a 60º durante al menos 10 minutos.
-Carne: hay que recordar que durante el embarazo se debe tomar la carne bien cocinada y evitar los cortes o platos de carne cruda o poco cocinada. El mayor riesgo de consumir carne cruda o poco hecha durante el embarazo es la toxoplasmosis. ¿Se puede comer jamón ibérico en el embarazo? La respuesta es sí y te contamos por qué.
Pérdida de apetito en verano
Durante el verano es habitual que se tenga menos apetito, por eso, se recomienda que las embarazadas, para evitar problemas por una nutrición inadecuada, hagan 5 comidas al día, tomen alimentos nutritivos, prueben alimentos nuevos para ampliar el repertorio de comidas y apuesten por platos completos y equilibrados, como por ejemplo, ensaladas que contengan fruta y queso o pollo, además de frutos secos.
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