Perros y bebés: ¿pueden convivir en casa sin problemas?

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    Tener una mascota en casa no tiene por qué ser un impedimento para el niño. Sólo hay que tener en cuenta algunas pautas para lograr una convivencia perfecta.

    Muchos futuros padres se preocupan por la llegada al mundo de su hijo si tienen una mascota en casa. Antes el perrito era el niño mimado de la casa, y los miedos a los celos del perro y a que éste pueda ser precursor de muchas enfermedades del bebé, son los más frecuentes, pero esto tiene solución.

    La llegada de un bebé requiere de mucha preparación y, de la misma manera que os encargáis de decorar la habitación y comprarle todo lo necesario, también hay que preparar a vuestra mascota todo lo imprescindible.

    Que llegue un bebé a casa supone un gran cambio para nuestra mascota pero también para nosotros mismos, y pese a que los padres, seguramente, llevan preparándose para la llegada del pequeño desde hace nueve meses, siempre está bien tener algunos consejos a mano, como estos 21 libros sobre la maternidad.

    Preparar a la mascota para la llegada del bebé

    Para que el animal tampoco sufra las consecuencias, mostrándose demasiado agresivo, o incluso, deprimido, lo mejor es entrenarle con antelación. Encargaos de que obedezca, y recalcar las órdenes de ‘abajo-quieto’, son las más útiles para mantenerlo a raya con el peque.

    Por otro lado, si le teníais acostumbrado a que la casa fuera toda suya, ahora es importante que le enseñéis a que mantenga las distancias en ciertas zonas; por ejemplo, en la habitación del bebé, o que no se suba a las camas si vais a dejar ahí al niño.

    Sin embargo, es interesante que el perro se dé cuenta de que va a vivir alguien más en casa. Por eso, mientras preparéis la habitación del bebé, podéis dejar que entre para oler sus cosas, siempre y cuando no las coja ni las chupe, ante eso, un bueno ‘no’.

    Los expertos también recomiendan poner de vez en cuando un audio de un llanto de bebé (disponible en mediateca.educa.madrid.org) para que se acostumbre al sonido del próximo habitante.

    Que el perro se acostumbre a los sonidos que va a hacer el nuevo habitante de la casa es fundamental ya que los bebés lloran y eso no se puede evitar. En los primeros meses de vida es más complicado controlar los lloros, ya que son una señal de alarma para los padres: tiene hambre, sueño o está incómodo con el pañal, no obstante, a medida que el niño o niña van creciendo hay que enseñarle a controlar esos lloros y expresar sus emociones con palabras, «tengo hambre, sed, me duelen los dientes»… Aquí tienes algunos consejos sobre cómo evitar las rabietas en los niños y cómo manejarlas.

    Cuando el bebé llega a casa por primera vez

    Una vez terminados con los preparativos, cuando el bebé llegue a casa, es mejor que el encuentro se produzca en la calle, y dejar al perro que le huela antes de entrar, así se familiarizará con su olor desde el primer momento y de una manera poco invasiva.

    Es entonces cuando entra en cuestión la otra preocupación más frecuente: la higiene.

    Para que no haya ningún problema, llevad al perro al veterinario los días antes y hacedle un chequeo para garantizar que todo está en orden. Revisad las vacunas y que esté al día con la desparasitación y darle un buen baño y un cepillado antes de que el pequeño llegue a casa.

    Intentad evitar que le chupe en un principio por si acaso, pero una vez que el niño desarrolle sus defensas, dejad que vuestra mascota le demuestre todo el amor que quiera. Si sigues estos consejos, no tiene por qué haber ningún problema de tipo sanitario.

    Y si el bebé se pone malo por cualquier causa, no hay que echar la culpa al perro en un primer momento ya que hay muchas razones por las que el niño se puede poner enfermo, y la gran mayoría de las veces es rápidamente solucionable y no hay por qué preocuparse. Una de las enfermedades más habituales es la conjuntivitis en bebés, una de las posibles razones por las que al niño le puede llorar un ojo constantemente.

    El perro es un miembro más de la familia

    Por lo demás, no dejéis de hacer caso al perro por la llegada del bebé; como si fuera un hijo mayor, dividiros sus cuidados y atenciones y nunca le descuidéis. Es importante que seáis afectuosos con vuestra mascota cuando estéis con vuestro hijo, y que incluso os reservéis un tiempo diario (10 minutos, por ejemplo) para que se lo dediquéis exclusivamente al perro.

    De esta manera el perro aprenderá a querer al bebé, y vuestro hijo conocerá el amor hacia los animales. Cuando haya que sacar al perro, lo mejor es que también os acompañe el bebé, así se convertirá en una «rutina familiar» que tanto el niño como el animal identificarán de esta manera. Si el niño es reticente a estas salidas se le puede motivar con otras cosas, como por ejemplo, juegos o juguetes con los que jugar en el parque mientras el perro disfruta del aire libre. Una de las mejores opciones son los patinetes y aquí tienes los mejores para los niños.

    Aunque sea un dolor de cabeza para los padres, también hay que intentar llevarse a la mascota siempre de vacaciones con los niños, así el bebé lo considerará como parte de la familia y no como «un problema» del que hay que «deshacerse» en momentos tan señalados como puede ser una escapada. Si todavía no te has planteado a dónde vais a ir estas vacaciones, aquí hay 34 destinos perfectos para toda la familia.

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