Se encuentra debajo del rostro, la zona que se suele llevar todas las atenciones, y pasa desapercibido tapado por el pelo y la ropa de abrigo en invierno. Hablamos del cuello, el gran olvidado del cuidado facial, que llegada cierta edad reclama la atención que no se le ha dado en forma de arrugas.
«La piel del cuello es una de las más finas del cuerpo, por lo que la densidad de colágeno y elastina que encontramos en ella es menor en comparación con otras zonas de la anatomía», según el doctor Carlos Morales, de la clínica homónima, esta es una de las razones por las que el cuello acusa el paso del tiempo de manera más pronunciada que otras zonas del cuerpo. Pero no es la única razón.
El hecho de olvidarnos de poner los tratamientos que ponemos en la cara también sobre él puede tener una razón de peso: «En ocasiones la cosmética habitual puede irritar la zona del cuello debido a que es más sensible a activos antiaging como el retinol o los alfahidroxiácidos que otras zonas como la cara», explica el especialista. Evidentemente, esta falta de tratamiento también condiciona un envejecimiento más acelerado.
Y quizás algo que no te habías parado a pensar es que el cuello también necesita protección solar, cada vez que salimos al exterior, independientemente de la climatología. La radiación solar es uno de los principales motivos de envejecimiento: «Es superimportante, para prevenir el fotoenvejecimiento así como la aparición de manchas y tumores«, recalca Marta García Legaz, del Instituto Médico Ricart.
El doctor Morales, en este sentido, incide en que aunque la piel del cuello está menos expuesta que la de la cara, es más frágil, por lo que es muy importante aplicar SPF diario, intensificándolos los meses de máxima incidencia solar: «Es en estas zonas laterales donde aparecen unas manchas rojizo-marronáceas llamadas poiquilodermia de Civatte y que son marcadores inequívocos de daño solar a nivel de la piel del cuello», apunta el médico.
Además de todo lo mencionado, existen condicionantes ambientales mucho más fáciles de modificar. ¿Conoces el llamado cuello tecnológico? Es la postura que adoptamos cuando estamos frente al ordenador y el móvil. Normalmente, estos dispositivos se encuentran a una altura más baja que los ojos y nos vemos obligados a mover el cuello hacia abajo, adoptando una postura nada saludable y también perjudicial para la piel de la zona.
«La posición que tenemos al mirar la pantalla puede potenciar la aparición de arrugas horizontales por plegamiento dérmico a nivel del cuello. A ello sumamos la patología osteomuscular que puede ocasionar», apunta el doctor Morales, a lo que la doctora García Legaz añade una tercera consecuencia: «Probablemente aumentará la visibilidad de la papada al estar continuamente hacia abajo mirando ordenador y móvil».
¿Cómo frenar el envejecimiento del cuello?
El doctor apunta que es una zona por la que los pacientes suelen interesarse después que por otras como el rostro. Es rebasando la barrera de los cincuenta cuando las personas acuden a consulta pidiendo una mejora de la zona del cuello. Entonces los efectos de la edad ya son muy acusados. La doctora García Legaz afirma que la forma de acometer esta mejora, debe ser un procedimiento individualizado después de analizar los pormenores de cada caso. Las opciones son muy variadas y existen métodos menos invasivos y también cirugías, el doctor nos enumera las más comunes.
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