De todas las tendencias que se están recuperando de los años 90, quizás una de las más denostadas haya sido la vuelta de las cejas finas. Y sí, los temores de todas las que las sufrieron en aquella época se han hecho realidad: aquí las tenemos. Pero antes de que te eches las manos a la cabeza, debemos concretar que las cejas que veremos durante este 2022 poco tienen que ver con aquellas delgadas líneas que incluso llegaban a difuminarse con la piel. Afortunadamente hemos aprendido de los errores.
Las cejas que vienen este año están inspiradas en las que vimos en los 90, pero no son exactamente iguales, se trata de una versión más natural, sutil y más adaptada a las corrientes estéticas actuales. No obstante sí que hay algo que tienen en común los diseños del presente año y los de aquella década y es que surgen como respuesta a un movimiento opuesto. Las cejas hiperdepiladas de los 90 emergen tras una época en la que Brooke Shields y Madonna habían marcado la pauta de unas cejas gruesas, pobladas y maquilladas. En la actualidad, las cejas finas son la respuesta a referentes como Cara Delevigne, en la década de los 2010, y Lily Collins, un rostro popularizado por su personaje de Emily en Emily in Paris.
Pero hasta ahí todas las similitudes. Y es que la forma de la ceja que veíamos en los 90 no se replicará este año. Entonces veíamos patrones delgados, pero no solamente eso, sino que la estructura de la ceja no estaba pensada para resaltar la mirada: su diámetro era el mismo a lo largo de toda ella, tanto en el nacimiento como en la cola, las formas redondeadas reinaban allá donde mirásemos -algo poco favorecedor en la mayoría de casos- y la estructura de comilla, con la cabeza muy ancha y el resto excesivamente fino, terminaban de completar aquel escenario.
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En 2022 la estética de la ceja fina se lleva a cabo de manera mucho más sutil, tal y como muestra la actriz Ester Expósito en su última publicación de Instagram. Y es que el objetivo de esta corriente es crear diseños estructurados en los que el principio, el arco de la ceja y le final estén bien marcados, a pesar de que la anchura de la misma se adelgaza.
Ceja más delgada, pero menos depilada
Y es que si una lección nos ha quedado clara es que las pinzas, usadas en exceso, no son buenas aliadas. En buena parte, estas fueron las responsables de muchos desastres en las cejas de los 90, en las que tras la repetida depilación no volvió a nacer el pelo. Este año dejamos la pinza a un lado y tan solo se retiran los pelitos que sobrepasan la forma original de la misma. Se trata más de definir la ceja y subrayar su forma natural. Para ello se dejan de lado también los rellenos artificiales, tan populares en Instagram años atrás, en favor de tendencias como las cejas laminadas o el planchado de cejas, que dejan entrever la piel.
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