En 1977 los que eran reyes de España, Juan Carlos y Sofía, visitaron Alemania para reunirse con Walter Scheel, el presidente del país en aquel momento en el castillo de Gymnich. Para la ocasión, la reina escogió un espectacular atuendo de Valentino que ahora ha recuperado doña Letizia en el último acto público al que ha acudido, la recepción al Cuerpo Diplomático Acreditado en España, acto que se realiza cada mes de enero en el Palacio Real de Madrid.
La elección de la Reina acaparó todas las miradas ya que, si en sus últimas apariciones apostó por estilismos sobrios y discretos, esta vez sorprendió a los asistentes y escogió uno de los vestidos más románticos y llamativos para terminar de dar la bienvenida al año. Se trata de un diseño formado por un cuerpo de cuello redondo y gasa rosa, con bordados florales y mangas semitransparentes en el mismo color y una falda larga de uno de los tonos que más fuerte vienen este año, el verde quetzal.
El estilo de la reina Letizia es uno de los más alabados dentro y fuera de nuestras fronteras. Si hace más de 30 años Sofía decidió lucir este vestido acompañándolo de un collar, una pulsera, pendientes de esmeraldas y un bolso clutch para elevar el conjunto, Letizia en cambio optó por ceder todo el protagonismo a la pieza y tan solo lo ornamentó con unos pendientes de Tous rosas y verdes de oro amarillo de 18 kilates, rubí y crisoprasa que dejó ver con una coleta baja con la que recogió su melena y su anillo dorado de Karen Hallam.
Letizia demuestra así el afecto que mantiene a la abuela de sus hijas y, también, la costumbre frecuente de todas las casas reales de dotar a los looks de significativos detalles que viajan más allá de su estética. También en su anterior aparición, a propósito de la Pascua Militar, Letizia decidió rendir homenaje a otra de las mujeres que marcó la historia de España y lució un broche de principios del siglo XX que pertenecía a la reina Victoria Eugenia.
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