Una universidad española descubre cómo frenar el envejecimiento

Encontrar el elixir de la eterna juventud ha sido un propósito perseguido por la humanidad desde las antiguas civilizaciones. Tras el hallazgo llevado a cabo por la Universidad Oberta de Catalunya en colaboración con la Universidad de Leicester (Reino Unido), la meta parece estar más cerca.

Ambos centros educativos han desarrollado una investigación, a cargo de Salvador Macip, que ha sido publicada en Scientifics Reports. Esta laboriosa tarea ha concluido encontrando con un método para eliminar las células viejas que entorpecen el buen funcionamiento de los tejidos, de manera que se consigue frenar el proceso de envejecimiento.

En concreto, los científicos de este proyecto han diseñado un anticuerpo que funciona como una «bomba inteligente» -tal y como describen el la propia web de la universidad- capaz de reconocer proteínas específicas en la superficie de estas células viejas (también llamadas senescentes). Una vez identificadas se enganchan a ellas y les aplican un fármaco que las elimina, sin perjudicar a las que siguen trabajando correctamente, de manera que se reducen los efectos secundarios.

¿Por qué envejecemos?

Según cuentan desde la universidad catalana, todos los organismos vivos cuentan con un mecanismo llamado senescencia celular, que interrumpe la división de células dañadas y las elimina para que no puedan propagarse. Este mecanismo contribuye a frenar el cáncer, por ejemplo, y ayuda a modelar los tejidos durante la etapa de desarrollo embrionario.

Sin embargo, a pesar de ser un mecanismo biológico muy beneficioso, durante la etapa de la vejez contribuye al desarrollo de enfermedades. Parece que el motivo es que el sistema inmunitario ya no es capaz de eliminar de forma eficiente estas células senescentes, que se van acumulando en los tejidos, lo que empeora su funcionamiento.

Macip explica lo que supone este revolucionario hallazgo: «Por primera vez tenemos un fármaco basado en un anticuerpo que puede aplicarse a los humanos para frenar la senescencia celular«. Y han llegado a ese punto de la siguiente manera: «Nos hemos basado en las terapias que ya se usan en el cáncer y que se dirigen a proteínas concretas presentes en la superficie de las células cancerosas, y lo hemos trasladado a las células senescentes», apunta.

Algunos experimentos previos realizados en el laboratorio con modelos animales habían demostrado que, si se eliminaban estas células con fármacos, se conseguía retardar la progresión de la enfermedad y la degeneración propia de la edad. Para ello, se utilizaba un nuevo tipo de fármacos, denominados senolíticos, que son poco específicos y tienen efectos secundarios, lo que dificulta que puedan aplicarse a humanos. Sin embargo, el fármaco que han diseñado Macip y su equipo es un senolítico de segunda generación, teledirigido y muy específico.

Así funciona

Los investigadores han utilizado un anticuerpo monoclonal que han entrenado para que reconozca las células senescentes y se enganche a ellas. «Del mismo modo que los anticuerpos del organismo reconocen los microbios y nos protegen de ellos, nosotros hemos diseñado estos anticuerpos para que sean capaces de reconocer células viejas y les hemos aplicado una carga tóxica para que las destruyan, como si fueran misiles teledirigidos», afirma el investigador, que dirige el Laboratorio de Mecanismos del Cáncer y el Envejecimiento de la Universidad de Leicester.

Este tratamiento podría ser muy beneficioso para frenar enfermedades relacionadas con el envejecimiento como el alzhéimer, la diabetes tipo 2, el párkinson, la artritis, las cataratas o algunos tumores. Según informa la universidad se podría administrar cuando aparezcan los primeros síntomas de estas dolencias. Otra aplicación, a largo plazo, sería su pauta de cara a conseguir un envejecimiento más saludable.



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