Manuel Bandera es uno de los artistas más completos de nuestro país, ya que baila, canta y ha dado vida a personajes tan distintos como el de Miguel de Molina, en ‘Las cosas del querer’, o el de José ‘El choco’ en la serie ‘Acacias 38′. Con gran experiencia en musicales –’Cabaret’ o ‘Chicago’–, es la razón por la que Antonio Banderas, malagueño como él, no dudó en elegirle para interpretar al protagonista de su proyecto teatral: ‘A Chorus Line’, que puedes ver en el Teatro Calderón de Madrid hasta marzo.
¿Qué supone que Antonio Banderas le llame para protagonizar su musical?
Una gran alegría y un reto, porque es un personaje que él ha interpretado en Broadway. Una propuesta que me llegó estando yo en Torremolinos de vacaciones, después de terminar ‘El amor está en el aire’, con Bibiana Fernández, Alaska y Mario Vaquerizo, así como la serie ‘Acacias’.
«Me caí redondo cuando Antonio Banderas me llamó para ‘A Chorus Line'»
¿Le sorprendió?
Me caí redondo cuando me lo dijo, porque es un musical que yo venía persiguiendo desde que era bailarín, desde que fui a verlo al Teatro Monumental en el año 1985. Que Antonio me haya pasado el testigo ahora, es para mí un verdadero honor.
¿Es uno de los papeles más difíciles que ha realizado?
Sí, porque exige mucho esfuerzo, ya que tenemos que hacer ejercicios de abdominales, de piernas, de todo, muy duros. Bailar con esta exigencia no bailaba desde ‘La Bella y la bestia’, en el año 2000, o sea hace 21 años. Después he hecho muchas cosas, pero este musical exige bailar a un nivel muy alto.
¿Es un regalo envenenado?
Todo lo contrario, para mí es un regalo que me ha dado la vuelta como un calcetín, porque me ha obligado a recuperar la forma física. Cuando los otros bailarines me oían ¡ya no puedo más!, se morían de risa, pero es que al principio me dolía todo.
El que algo quiere, algo le cuesta.
Yo soy delgado, por eso he tenido que recuperar masa muscular y llevar a rajatabla un régimen de comidas, porque en Madrid estaremos hasta marzo del próximo año, después la idea es irnos a Barcelona. También se habla de ir a Londres. A veces me pellizco porque creo estar soñando.
Antonio ha puesto mucho interés en este musical.
No solo porque ha invertido mucho dinero, ya que es el productor. Pero Antonio es de esas personas que ha tenido suerte en la vida, se lo ha currado e invierte en lo que le gusta. Podría irse a las Bahamas, pero prefiere gastar su dinero en cultura.
«He tenido épocas de estar tres años sin trabajar»
¿Usted cree en la suerte?
He tenido épocas de estar tres años sin trabajar, pero no me quejo porque he tenido la suerte de hacerlo con grandes artistas como Ángela Molina, en ‘Las cosas del querer’, que es donde empieza mi carrera.
¿Fue un acierto que optase por el baile?
A mí la vida me ha ido poniendo cosas delante y las he cogido. Yo me vine a Madrid a estudiar Educación Física, y estando en el INEF empecé a bailar por ver a las chicas en mallas y acabamos formando parte de ese grupo de baile, hasta que una compañera me dijo que si quería tomármelo en serio tenía que ir a una academia. Ahí es cuando empiezo a bailar en serio.
¿Quién le dio su primera oportunidad?
Raúl Sender, que buscaba bailarines: me presenté en Xenon y me cogió. Pasé todo ese verano de gira, llenando todos los teatros en los que actuábamos. De vuelta, conocí a Bibiana Fernández, hacía una cosa que se llamaba ‘Una noche con Bibi’, y me metió en su grupo, y desde entonces no nos hemos separado, es la madrina de mi hijo y yo el padrino de su boda.
¿Que sea malagueña les une más?
Nos conocemos desde hace tantos años… Tenemos una sintonía total, somos casi familia. Bibiana me da seguridad y confianza.
¿Y Mario y Olvido?
Frescura. Son muy trabajadores y disciplinados. Y el espectáculo creció mucho cuando ellos se incorporaron.
«Conocí a mi mujer, a Marisol, en el ‘Un, dos, tres’ porque nos pusieron a bailar juntos»
Su desembarco en ‘Un, dos, tres…’, ¿le dio visibilidad?
Yo formaba parte del ballet de ‘Un, dos, tres’, con Giorgio Aresu. Un programa en el que hacíamos de todo. Todo lo que se hacía bailando en TVE, lo hacíamos nosotros. Allí conocí a mi mujer, a Marisol, porque nos pusieron a bailar juntos.
¿Y dice que no tiene suerte?
Bueno, hay que estar ahí, no es solo suerte, hay que estar en el sitio apropiado en el momento justo.
¿En qué momento se da cuenta de que ha triunfado?
Yo esa sensación nunca la he tenido, ni siquiera con ‘Las cosas del querer’ consideré que había llegado al top. Yo era bailarín, pero cuando me eligen para trabajar en esa película es cuando decido que me voy a dedicar al mundo del espectáculo, porque me encontré muy a gusto.
¿No sintió vértigo, habiendo tanta competencia como hay?
No, no, porque desde el primer momento me he integrado muy bien con todos los equipos, técnicos, actores y actrices. Soy autodidacta, nunca había ido a una escuela de interpretación y lo único que quería era aprender de mis compañeros.
Aprendió mucho para ser un novato.
La segunda película que hice fue con Victoria Abril, que interpretaba dos papeles, el de dos gemelas, que para mí fue como estudiar un Máster. Después, trabajé de bailarín en ‘Mamá quiero ser artista’, con Concha Velasco y Paco Valladares.
No es la primera vez que trabajó con Concha.
No, tiempo después me llamó Pedro Olea para hacer ‘Más allá del jardín’, con Concha, yo ya como actor, y además éramos amantes en la obra. Si te soy sincero todavía no sé por qué me dieron ese personaje a mí.
¿No peca de humilde?
Yo creo que no. En una carrera tan larga como la mía, Rosa, hay de todo, también he pasado largas temporadas en las que no sonaba el teléfono. Si entonces no hubiera tenido un hijo que estaba estudiando una carrera, me hubiera planteado volver a Málaga.
«Para los artistas, cuando no suena el teléfono piensas ya no me van a volver a llamar más. Y lo pasas mal, muy mal»
¿Para hacer qué?
No lo sé, porque para los artistas la autoestima es muy importante. Y cuando te ocurren cosas de esas, que no suena el teléfono, piensas: ya no me van a volver a llamar más. Y lo pasas mal, muy mal.
¿Hasta el punto de tirar la toalla?
Tirar la toalla no, pero no volver, sí. En el último festival de Málaga me dieron la Biznaga de plata y les dije eso: «Me habéis hecho sentir que ha valido la pena».
¿Por qué Málaga da tan buenos artistas?
No solo actores o actrices, también grandes pintores como Picasso. Yo creo que es porque tenemos mucha cara, somos muy extrovertidos, no sé…
¿Qué significa el éxito para usted?
Mi mayor éxito es llevar 33 años viviendo de esta profesión, eso es el éxito. Pero sin olvidar que en esta profesión hay mucha gente que lo pasa fatal, porque de esto vivimos no sé si llega al 10 por ciento. Yo conozco actores que se han vuelto a Málaga porque llegados a cierta edad ya no les contratan. Es una profesión muy complicada porque somos muchos y no hay trabajo para todos.
¿Cómo ha vivido el Covid?
Nos cogió rodando la serie ‘Acacias’, y estuvimos casi dos meses en ERTE, pero fuimos los primeros en echar a andar. Todo era muy raro:primero, desapareció el comedor y comíamos en los camerinos, ensayábamos con mascarillas, sin entender la mitad de lo que nos decían, y con la mosca detrás de la oreja para no contagiarte porque no estábamos vacunados todavía, aunque nos hacían test día sí y día también.
Suerte de que no se contagiaran.
Una semana tuvimos que parar porque salió uno, le mandaron a su casa y el resto guardamos la cuarentena, pero al tercero, se paralizó el rodaje. Yo he estado como en dos burbujas.
¿En qué sentido?
Al tiempo que rodábamos ‘Acacias’, trabajaba en el Teatro Alcázar con ‘El amor está en el Aire’, con Bibiana, Alaska y Mario Vaquerizo, y mi miedo era por la madre de Alaska que tiene 91 años. Yo solo salía del camerino para actuar, nada más, por miedo a cogerlo y contagiarla; por suerte, no paso nada.
«Los premios no es algo que me quite el sueño»
¿Echa de menos algún premio?
No me preocupa, no es algo que me quite el sueño. El que me dieron en el Festival de Málaga de este año, más que un premio es una consideración a toda mi carrera y me ha hecho muchísima ilusión.
¿A quién le gustaría interpretar para redondear su carrera?
¿Puedes creerte que cuando me hacían esa pregunta yo contestaba siempre: Me gustaría hacer ‘A Chorus Line’? Y ahora la estoy haciendo.
¿Qué tiene de especial?
Para los que somos bailarines de los 80, cuando yo empezaba, todos mirábamos lo que hacían en Broadway. Esta obra trata de nuestra profesión, de las dificultades de cualquier actor que necesita trabajar imperiosamente, que tiene que pasar por mil castings e interpretar a un personaje, frente a una fría cámara, con miedo de no saber si lo estás haciendo bien o no. También hay conflictos…
¿Reales como la vida misma?
Efectivamente, y que se pueden extrapolar a cualquier otra profesión, porque reflejan la vida, más ahora con todo esto de la Covid.
¿Cuál el secreto de una vida personal tan estable?
No hay secreto, se trata de amarse, respetarse, de decirse las cosas como son y ceder un poco también. Eso se aprende, ninguno venimos con las instrucciones bajo el brazo. Y si los dos están de acuerdo, pues hay que seguir adelante…Y si no lo están, mejor dejarlo.
No es su caso.
No. Yo me descubro ante Marisol, porque a veces descargo sobre ella las tensiones del trabajo, como los días anteriores al estreno de esta obra, pero como me conoce tan bien y me ve venir, me deja hacer. Hemos tenido una experiencia maravillosa.
«Me ha encantado la experiencia de trabajar con Marisol en ‘La última tournée'»
¿Una segunda luna de miel?
Ja, ja… Por primera vez hemos trabajado juntos en ‘La última Tournée’ y hemos estado dos años de gira, de aquí para allá. Y me ha encantado la experiencia porque Marisol está espléndida en su papel, que escribió para ella nuestro buen amigo Félix Sabroso, que nos conoce bien.
De todas las etapas del amor, ¿con cuál se queda?
En mi vida personal el amor que más me ha llenado es el que me ha permitido crear una familia. El momento más maravilloso, el nacimiento de nuestro hijo Miguel, que ha estudiado Educación Física, igual que yo, pero que antes de terminar hizo Electroestimulación y le gusta mucho.
El día que se retire, ¿sabe ya lo que quiere hacer?
No lo he pensado, nunca me he puesto a pensar en eso. Hay quien se dedica a dar charlas, clases, yo no. El tiempo dirá…
Entrevista realizada en el Hotel Emperador. Gran Vía, 53. Madrid
Mi foto favorita
«Me gusta esta foto porque estoy con Marisol, mi compañera de vida, en el Festival de Málaga donde me dieron la Biznaga a toda mi carrera».
¿Quién es Manuel Bandera?
Nació en Málaga el 12 de diciembre de 1960.
Trayectoria Comenzó su actividad teatral en su ciudad natal. En Madrid estudió Educación física y baile, debutando en revistas teatrales. En 1989 protagonizó con Ángela Molina ‘Las cosas del querer’, de Jaime Chávarri, que tuvo su continuación en 1995, en ambas donde interpretaba a Miguel de Molina. Con Pedro Almodóvar trabajó en ‘¡Átamé!’ y ‘Kika’. Durante varios años, protagonizó musicales como ‘El Zorro’, ‘Cabaret’ y ‘Chicago’, y dramas como ‘Mariana Pineda’, de Federico García Lorca, además de ‘El Amor está en el aire’, junto a Bibiana Fernández. En televisión comenzó en 1987, como bailarín en ‘Un, dos, tres…’ Y como protagonista en la serie ‘Réquiem por Granada’, así como en ‘Amar en tiempos revueltos’ y ‘Acacias’, entre otras. Actualmente protagoniza ‘A Chorus Line’ en el Teatro Calderón de Madrid, musical producido por Antonio Banderas.
Familia Está casado con Marisol Muriel desde 1988, con la que tiene un hijo, Miguel, nacido en 1992.
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