El día que la infanta Elena asistió a un desfile de Chanel con Jaime de Marichalar, un bolso 2.55 y compartió fila con Bernadette Chirac

¿Le gusta a la infanta Elena la moda? La respuesta es un misterio. Al menos pareció tener interés por la ropa durante sus primeros años de matrimonio con Jaime de Marichalar, aunque entonces, cuando la primogénita de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía afrancesó su armario, algunos cronistas se precipitaron en alabarle un gusto intrínseco del que apenas había hecho gala y que, se justificaba como una herencia del de su madre y del de su abuela, la reina Federica de Grecia. Este 5 de octubre, Chanel presenta su próxima colección Prêt-à-porter para el verano de 2022. Recordamos el desfile de Alta Costura de la maison al que asistió la duquesa de Lugo.

Sentados en la primera fila, doña Elena y don Jaime disfrutaron de la propuesta couture de la casa fundada por Coco Chanel para el otoño siguiente, el 10 de julio de 1997 en París. Ciudad en la que se habían conocido y donde pasaron los primeros años de casados. Pese a las altas temperaturas, la infanta española se vistió con una chaqueta de lana fría en claro con grandes botones, presumiblemente de la marca anfitriona, y pantalón a juego. Como complementos, eligió un bolso acolchado Chanel 2.55 en piel negra y un abanico con alegorías. Marichalar, reconocido por su elegancia con concesiones a la extravagancia, se cubrió con un traje de tres piezas en marengo que alegró con una camisa rosa y una corbata estampada en azul y calabaza con guiños rosillos. Ambos vieron desfilar a las modelos con gafas de sol oscuras, una costumbre que defienden numerosas editoras de estilo aludiendo una sensibilidad ocular que se ve extremada por el brillo de los focos en los desfiles. Una luz, por otro lado, imprescindible para que los reporteros gráficos puedan conseguir buenas fotos de los conjuntos lucidos sobre la pasarela.

El feliz matrimonio disfrutó sonriente de la jornada acompañada de la entonces primera dama de Francia, Bernadette Chirac. La misma que dos años antes, durante una recepción oficial en el Palacio del Elíseo, le había regalado a Diana Spencer el bolso Chouchou de Dior inspirado en las sillas Napoleón III que Chistian Dior utilizó en su primer desfile en 1947,y que un año después, en 1996, volvió al mercado rebautizado como Lady Dior, en homenaje a la princesa británica que lo había vuelto a poner en boga. La hermana de Felipe VI también tiene un ejemplar de este modelo, pequeño y en azul cielo, que quién sabe si recibió, también, como obsequio de la Chirac. Elena lo estrenó en la boda de su prima Alexia de Grecia con Carlos Morales, celebrada en Londres en 1999. En el desfile, coincidieron con Marie-Chantal Miller, casada desde 1995 con Pablo de Grecia, primo materno de la infanta Elena, e Ivana Trump, exmujer de Donald Trump, que entonces parecía más interesado en el ladrillo que en gobernar EEUU. Detrás de la hija y el yerno del rey Juan Carlos II acomodaron a Hamish Bowles, editor de la edición norteamericana de Vogue.

Al terminar el espectáculo Elena y Jaime se fotografiaron junto a Karl Lagerfeld, el káiser de la moda que capitaneó la dirección creativa de la marca de lujo francesa desde 1982 hasta su muerte en 2019. En la instantánea, los tres parapetados por sus lentes oscuras, el diseñador alemán parece más interesado en la conversación con la primera dama y Claude Pompidou, fuera de cámara, que en ser inmortalizado junto a la realeza española, a un tiempo que se abanica. Lagerfeld nunca se refirió en público sobre la duquesa de Lugo que aplaudió su trabajo para el invierno del 97-98 pero sí definió, en 2012 en una entrevista para la edición española de Marie Claire, a la reina Letizia, entonces princesa de Asturias, como “guapa, fantástica, enérgica y encantadora”, sobre la suegra de ésta dijo, “la reina Sofía es la persona más educada de la tierra y no se merece el tipo de tonterías que ha cometido el rey. Me encanta Letizia, pero a quien adoro es a la reina Sofía”.

La infanta es clienta habitual de Chanel. Por ejemplo, se vistió con un abrigo de tweed en cuadros lilas y berenjenas con cinturón-lazo de la maison de la rue Cambon para la boda de su primo Beltrán Gómez-Acebo con Laura Ponte, en septiembre de 2004. Aunque si algo le priva a la Borbón son los bolsos, en especial el modelo 2.55, el que llevó al desfile del 97. Una pieza con cadena regulable que Elena posee en varios colores, incluso estampados, y tanto en cuero como en lana. Un complemento, máximo icono de la empresa, que se fabrica artesanalmente en la afueras de París y que se revaloriza año tras año desde su diseño el 2 de febrero de 1955 (de ahí su nombre).

Después del cese de la convivencia del matrimonio ducal, y posterior divorcio en 2009, el apego por la moda de doña Elena ha ido en descenso. Por su lado, Jaime sigue acudiendo a numerosos desfiles de las firmas bajo el paraguas del grupo LVMH, ya que es consejero de Loewe desde 2008 y de Fendi desde 2018 (ambas marcas son miembros del gigante del lujo). Además Marichalar es gran amigo de Bernard Arnault, dueño del conglomerado, y de su hija Delphine. El pasadojulio, Victoria Federica de Marichar y Borbón, acompañó por primera vez a su padre a una pasarela, concretamente a la de Dior. Convertida en icono de estilo a golpe de titular, hay quien ve en la benjamina de la casa a la heredera natural del estilo de su madre.

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