- El avance de los capítulos de la semana de ‘Inocentes’
- Qué ha pasado en los últimos capítulos de ‘Inocentes’
Gülben se ha encaprichado de Naci hasta el punto de tirar a la basura las fotos que tenía de Esat en su habitación. Para darle las gracias por haberla rescatado de las llamas, le entrega un tarro de mermelada, sin embargo, su sonrisa desaparece de su rostro cuando ve encima de su mesilla de noche una alianza. “¿Será que está casado?”, piensa mientras regresa a su casa totalmente abatida.
A quien tampoco le va bien en el amor es a Esra, pues su jefe, le ha dejado claro una vez más que nunca tendrá una relación seria con ella: “Te dije que no quería enamorarme”. Inci apoya a su amiga y se reconcilian: “Sabes que yo estaré aquí para todo”. Esat, que se ha enterado de lo ocurrido, veen el rechazo del hombre hacia la locutora de radio una oportunidad de conquistarla, aunque no las tiene todas consigo.
Naci recibe una paliza
Por su parte, Han ha recordado cómo formó parte en el pasado del plan de su madre para separar a Safiye de Naci. Él le entregó una carta escrita por su progenitora al chico en la que, como si fuera Safiye, le exigía que se alejara de él. El hombre, que no soporta más el peso de la culpa, decide contarle la verdad a su hermana y pedirle perdón. No obstante, esta no desea escucharle y en un nuevo arranque de locura, recuerda cómo fue ella quien provocó el ataque que sufrió madre y la dejó postrada en una silla de ruedas. “Soy mala”, repite una y otra vez mientras se arrastra por el suelo.
Al día siguiente, después de haber superado la crisis nerviosa, Safiye toma la decisión de hablar con Naci, pero en mitad de la conversación que tienen en plena calle, el fantasma de su madre vuelve a aparecer y ella reacciona de la peor forma posible. Empieza a levantar las manos y decir que la deje en paz. Unos vecinos malinterpretan la situación y pensando que el profesor está acosando a la mujer, le propinan una fuerte paliza.
Entretanto, Memduh tiene un golpe de suerte. Sus nietos ya saben que trabaja de taxista para pagar la colegiatura de Ege. El empleo es muy cansado para él, pero todo cambia cuando una señora muy bien arreglada se sube al coche. Es directora de una escuela y al conocer que el conductor es un profesor jubilado, le extiende una tarjeta: “Usted me ha caído bien, si quiere retomar su carrera de maestro, llámeme”.
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