Gloria Trevi: ‘‘Lo que yo he vivido me ha hecho más empática con las mujeres maltratadas’’

La historia de Gloria Trevi es apasionante, de superación, no sólo porque ha vendido más de 35 millones de discos, ya que es una de las cantantes más prestigiosas de habla hispana, también porque ha saboreado las mieles del éxito y las hieles del maltrato psicológico que la llevó a pasar tres años en una cárcel en Brasil, acusada de colaborar con el hombre que la lanzó a la fama y más tarde a los infiernos. De esa traumática experiencia, de la que salió absuelta por la justicia, Trevi ha salido fortalecida, gracias a su fe en Dios, a la música, y al amor.

Casada y madre de tres hijos, Gloria ha estado en Madrid para dar a conocer su último trabajo, ‘Nos volvimos locos’, resultado de meses de inactividad por la pandemia, y con el que va a hacer una larga gira para agradecer a su público el cariño que siempre le han demostrado, incluso en los momentos más duros de su vida.

Gloria, ¿después de la tempestad viene la calma?
Prueba de ello son los premios que me han concedido por mi colaboración con asociaciones benéficas que ayudan a los más necesitados. Hacer lo que me gusta es una bendición muy grande.

«A los negacionistas les diría que se vacunen para que podamos recuperar la normalidad»

¿Cómo ha vivido emocionalmente la pandemia?
Con una actitud muy positiva, pese a que el mundo se nos estaba cayendo a pedazos, con el aumento de la discriminación y de las desigualdades. Un tiempo que nos ha hecho ver la muerte de cerca y a valorar lo felices que éramos, aunque no siempre nos dábamos cuenta.

¿Algún mensaje para los negacionistas?
Que se vacunen para que podamos recuperar la normalidad. Yo no quiero creer en una normalidad de distanciados, sino en una normalidad donde cuidemos el planeta, no contaminando más de lo que ya está. Mis hijos pertenecen a lo que llamo la generación de los sin graduación, chicos y chicas que no han podido estudiar porque han estado encerrados, y se han perdido la escuela, las fiestas y el amor, pero que están muy sensibilizados con el cambio climático.

¿En ese ambiente atípico nace su disco, ‘Nos volvimos locos’?
Sí. En enero comienzo una gira titulada ‘Isla divina’, en la que quiero transmitir esperanza, para que cuando la gente salga de mis conciertos, sigan impregnados de esa magia. Yo fui de las primeras en cancelar conciertos cuando no sabíamos a qué nos estábamos enfrentando, ahora sí lo sabemos, por eso voy a tratar de concienciar al público de que tienen que ser responsables.

Personalmente, ¿qué le ha supuesto la pandemia?
Yo ya tuve mi propio apocalipsis, que todo el mundo conoce, y que me hizo valorar mucho la libertad tanto por la opresión de un salvaje, que me lastimó como mujer, como por la falta de libertad en una celda. Pero ni siquiera entonces vi los dientes a la muerte; con la pandemia sí, por la muerte de allegados, y porque parte de mi familia, mi esposo y uno de mis hijos, estuvieron enfermos, aunque eran asintomáticos.

«Yo tengo heridas que no han cicatrizado, pero les pongo tiritas»

¿Estar vacunada le da tranquilidad?
Cuando me puse la segunda vacuna me tumbó emocionalmente porque mi mamá tiene la teoría de que te afecta en lo que más frágil tienes. Y lo que yo tengo más frágil son mis sentimientos porque me dio una depre que estuve durante tres o cuatro días con una tristeza infinita.

Lo dice usted que ha pasado momentos difíciles en su vida.
De los que yo tengo heridas que no han cicatrizado, pero les pongo tiritas. Yo tengo un compromiso con esas cicatrices, pero ese día, tras la segunda vacuna, sentí que me habían quitado las tiritas y me quedaron las heridas en carne viva.

Nació en un año de grandes cambios sociales, 1968.
Qué fuerte verdad. Ahorita estoy preparando un documental sobre mi vida. Es una labor titánica porque el guionista me pregunta sobre las personas que me atacaron, que eran otras víctimas, y yo no quiero que queden mal por haberme atacado, sólo que entienda la gente por qué lo hicieron.

¿Por envidia?
Por la presión social, mediática, familiar. Era lo más fácil, no les culpo.

¿Cómo ha logrado no sentir rencor por quienes la metieron en la cárcel?
En su momento no me agobió porque eran personas por las que yo había sentido afecto. Yo suelo justificar lo que hacen los demás, aunque me afecte. Llegué a sentir pena, odio no, pero hubo un momento muy duro al enterarme de que había cosas que afectaban a mi hija, tras recibir una carta de una persona que me decía lo que estaba sufriendo mi hija. Fue duro, pero hice lo posible para no dejar de creer en Dios.

¿Sólo en Dios?
No, a las dos semanas de recibir esa carta me entero de que estoy embarazada de mi hijo, y me vuelvo la persona más agradecida del mundo. Todo lo que yo he vivido, Rosa, ha sido para lograr ser más empática con las mujeres maltratadas.

«He luchado para no juzgar a ninguna mujer maltratada, ni física ni psicológicamente»

Usted lo fue, siendo famosa y conocida.
Por eso he luchado para no juzgar a ninguna mujer maltratada, ni física ni psicológicamente. Dios me ayudó, porque lo es todo para mí, ahora más que nunca.

¿Pidió ayuda a los expertos?
Sí, claro, pero la mejor ayuda me la dio Dios. Cuando ya fui a psicólogos me vieron muy centrada, porque no tengo rencores que sanar. Sólo tuve un poquito de resentimiento conmigo misma.

¿La maternidad le ayudó?
Muchísimo, las tres veces. Mi hija, cuando abrió los ojos, y mi segundo hijo me ayudó a recuperar la fuerza, a recuperar mi autoestima, a ser yo, y el tercero, a reafirmarme como mujer y como persona.

¿Alguno sigue sus pasos?
Todos, ahorita estaba escuchando un tema que me envió el mayor, que quiere ser cantante. El segundo, compone muy bien desde chiquito. El mayor tiene una voz ronca, de hombre, como la de mi papá, y el pequeño la tiene muy afinada, pero como que él no se lo cree. Es un fanático del fútbol, pero también quiere ser abogado. Yo le digo, quién sabe, quizá seas el primer presidente latino de Estados Unidos.

Su madre le ayudó a lanzarse como cantante.
Ella no quería que fuera cantante, pero vio que tenía talento, que empezaba a irme bien, hasta que saltó el escándalo, y aunque se decían muchas cosas que no eran ciertas, como cualquier madre, por mí hizo todo, al ver lo enamorada que yo estaba de aquella persona que tan nefasta fue para mí.

¿Un nuevo amor le reconcilió con los hombres?
La historia de amor con mi esposo es muy bonita, muy bonita.

Cuéntemela.
Cuando yo le conozco no quería volverme a enamorar, quería ser una cabrona como ellos, divertirme, porque en toda mi vida solo había estado con dos personas: un novio en mi adolescencia y después pasé la mayor parte de mi vida en una opresión, en un mundo que no era real. No quería enamorarme porque no quería sentirme vulnerable, y entonces conozco a Armando, que era cinco años menor que yo.

¿Qué le atrajo de él?
Que era muy juguetón, y que pensé que no se iba a enamorar de mí, y tampoco yo de él, con lo cual no habría daños colaterales. Iba ser mi primera aventura, pero acabamos en la Catedral de Monterrey, con una cola gigante, mis hijos de principitos… Llevamos casados 18 años.

«Si Armando y yo rompiéramos, siempre puede haber una oportunidad»

¿Convencida de que el amor puede llamar varias veces a su puerta?
Totalmente, y si Armando y yo rompiéramos, siempre puede haber una oportunidad, una persona que necesita tomarse de la mano con alguien; eso es lindísimo, siempre y cuando no toque el control remoto de la tele hasta que tú te quedes dormida, porque eso podría ser motivo de divorcio.

Se declara anti diva.
Cuando digo que soy anti diva, me refiero a que quiero ser como soy. Puedo bajarme de un carro de alta gama o de un jet privado, pero aunque me baje de un taxi soy Gloria Trevi, para bien y para mal. A veces me rodeo de divas porque forma parte de mi trabajo, también me gusta lucir trajes, maquillajes maravillosos, porque te conviertes en una especie de hada.

Tiene muy alta la autoestima.
Ahora sí. La tengo en mi sitio, porque no me creo más que nadie ni menos tampoco. Cuando venía a España, al ‘Un, dos, tres’, te prometo que me sentía súper fea.

¿Lo dice en serio?
¡Sí! No me quería, no me gustaban mis piernas, y ahorita a mis 53 años me siento guapísima. Tengo mis arruguitas, pero me gusta. Quiero llegar a muy viejecita, tener muchos nietos y contarles que he sido cantante.

«Yo no tengo miedo a envejecer»

Antonio Banderas dice que las arrugas son la cartilla de la vida.
Yo no tengo miedo a envejecer, y hago ejercicio porque mi público me lo pide, también por salud. .

¿Hasta qué edad le gustaría vivir?
Según me dijo mi papá, por la tecnología yo voy a llegar a los 150 años. Me conformo con llegar a los 100.

¿Qué valores le transmitieron sus padres?
Amar a Dios porque somos una familia muy creyente. Mi madre me aconsejó que luchara, ella es una guerrera. Si yo hubiera sido como mi madre no hubiera pasado 17 años con ese sujeto al que no quiero nombrar. Mi madre ha tenido seis maridos.

¿Qué me dice?
Me riñe cuando lo digo, pero yo le contesto que ha entrado en la categoría de Elizabeth Taylor.

¿Quién le enseñó a manejar la fama?
Mi papá. Pero hubo un tiempo en el que no me daba cuenta de que era famosa, cuando me decían: has roto un récord de taquilla, pensaba que era lo normal. Hasta los 30 no me di cuenta hasta dónde había llegado. Soy una parte pequeña de la historia de México.

¿La música ha sido su terapia?
Sí, y por eso no acabé en el manicomio.

¿Qué diría a las mujeres maltratadas?
Las familias deben atender las señales que va emitiendo la maltratada. Si antes era habladora, ya no lo es porque su maltratador le obliga a alejarse de amigos, familia, todo lo que la pueda fortalecer. Romper le va a doler, pero hay que ayudarlas a plantarle cara porque la maltratada no siempre es consciente de lo que le ocurre.

¿La educación es un buen arma para evitar la violencia?
A los hijos y a las hijas hay que enseñarles que no hay que soportar determinadas cosas. Es lo que les enseño a mis dos hijos.

Entrevista realizada en el Hotel Room Mate Alba Calle de las Huertas, 16. Madrid.

Su foto favorita

«Esta foto representa a ‘Nos volvimos locos’. Una canción que habla de ligar, que nos hace buena falta».

¿Quién es Gloria Trevi?

Nació en Monterrey, México, en 1968.

Trayectoria En la Ciudad de México DF comenzó su carrera musical y conoció al hombre que la lanzó a la fama, Sergio Andrade, quien años más tarde fue el causante de sus infortunios. Debido a una denuncia de los padres de una joven contra Andrade, Gloria pasó tres años en la cárcel. Finalmente fue absuelta y liberada. Actualmente prepara un documental sobre su vida. En los últimos 20 años ha publicado varios álbumes, de ventas millonarias. Ha triunfado tanto en el mundo hispano como en Estados Unidos, en cine y en televisión. Ha recibido numerosos galardones, entre otros, el Premio Compromiso, que concede la Fundación Ana Dalai, que apoya a los niños desamparados de México y USA. Ha fundado la asociación Artesanal, que ha dado trabajo a 400 personas, que hacen mascarillas.

Familia Está casada con Armando Gómez. Tiene dos hijos: Ángel Gabriel y Miguel Armando, y tuvo una hija de su anterior relación.

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