El curioso origen de los brazaletes preferidos de Isabel II

Isabel II ha hecho de sus broches un complemento indispensable, rara es la ocasión en la que la soberana británica no añade una de estas joyas tan preciadas a sus llamativos estilismos. Piezas que datan del siglo XVIII, XIX o XX, y también diseños más recientes despuntan en sus apariciones públicas. Pero no son los únicos. El valioso joyero de la Reina de Inglaterra cuenta con una amplia colección de tiaras, collares o brazaletes, que más allá de su función decorativa también están ligados a la historia de la realeza británica.

Una de estas icónicas piezas, posiblemente una de las favoritas de Isabel II la heredó de su abuela, María de Teck. No solo ha recurrido a ella en multitud de ocasiones, algunas de ellas con gran significado familiar, sino también ha optado por llevarlo de una forma totalmente diferente, adaptándola a su gusto más personal.


Nos referimos a una gargantilla de perlas y diamantes que María de Teck utilizó en múltiples ocasiones tras su boda con el rey Jorge V en 1893 y que tras su fallecimiento en 1953, una joven Isabel II heredó.

Mientras la abuela de la soberana elegía llevar esta gargantilla como única y absoluta protagonista, a pesar de añadir otras joyas lograba deslumbrar, la Reina de Inglaterra en la actualidad prefería dividirla y utilizarla como brazaletes. Un detalle más sutil y que encaja más con su estilo y personalidad.

Durante el siglo XIX este tipo de gargantillas fueron un habitual entre miembros de la realeza y la aristocracia británica, sin embargo con el paso de los años perdieron protagonismo. Quizás también esto fue determinante para Isabel II y su pequeño truco para llevar siempre consigo esta pieza pero en forma de brazalete.


Isabel II ha recurrido a ellos -la gargantilla se divide en dos brazaletes-, en varias ocasiones a lo largo de los años logrando que todavía a fecha de hoy formen parte de la retina de cualquier fanático de la realeza.





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