Adiós a mis vacaciones y vuelvo a mi blog. Reviso el intenso y fotográfico verano de los Reyes y sus hijas en Mallorca y me quedo con dos fotos: en la Sierra de la Tramuntana y un paseo con doña Sofía por Palma. Voy a explicar por qué.
Este ha sido el segundo año consecutivo sin el tradicional posado oficial de la Familia Real en Palma. Ese retrato que se celebraba siempre en el Palacio de Marivent, excepto en el año 2018, que tuvo lugar en la Almudaina. Dos veranos de pandemia que nos han dejado sin la llamada sesión fotográfica oficial y, en su lugar, la Casa del Rey ha optado por un formato gráfico más relajado, más natural. Más distendido.
Este año, la gran cita en Mallorca fue el 4 de agosto: un paseo de la Familia Real por el Paraje Natural de la Sierra de la Tramuntana. El año pasado fue la visita a la Casa Natal y Museo de Fray Junípero Serra, en Petra (Mallorca). ¿Por qué otra vez, y por segundo año, se diseña un no posado oficial? ¿Por razones pandémicas? ¿Por protocolo COVID?
Yo creo que no. En mi opinión, se buscó un escenario muy escogido. Casa Real optó por una localización con seña identidad. Un mirador, un balcón con vistas a la Sierra de la Tramuntana. Además, la luz de la tarde acompañaba. El sol de las 20:00, cálido y naranja, matizaba los colores: azules, blancos y verdes. Muy mediterráneos.
Se encontró una percha, un gran motivo: en 2021 se cumple el 10º aniversario desde que este maravilloso paraje fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la categoría de Paisaje Natural. Los Monarcas y sus hijas visitaron el Centro de Interpretación de ecosistemas y de etnografía de la Tramuntana Ca S’Amitger. Susana Liobet mostró a don Felipe, doña Letizia y sus hijas los valores paisajísticos naturales de este entorno, la biodiversidad vegetal y animal y también valores etnológicos y culturales.
Tras el paseo por la sierra, hubo una parada, en el Monasterio de Lluc, en la Basílica de la Mare de Déu de Lluc, patrona de Mallorca. Por eso Lluc se erige como centro espiritual de la isla.
Los Reyes, la princesa y la infanta escenificaron en la Tramuntana un paseo en un entorno natural muy alejado de los jardines de palacio. Marivent o Almudaina ofrecen una escena más rígida, más enconsertada, más alejada y más aislada de la realidad. Son palacios. El paseo de Felipe VI y doña Letizia con Leonor y Sofía, rodeados de encinas autóctonas, romero y brezo, imprime una imagen de cercanía, cotidianidad y proximidad. Es una reconexión con el paisaje de la isla, como símbolo del patrimonio natural del pueblo mallorquín y también es un homenaje a sus tradiciones y a su herencia cultural y espiritual. Los Reyes y las niñas, ascendiendo por la Ruta del Monte del Rosario, transmiten una imagen sencilla. Como una excursión familiar. Una ruta de Naturaleza una tarde de verano. Así es como yo lo interpreto.
Los colores que eligió la Reina para esta cita también me parecieron un tributo al Mediterráneo: azul y blanco. Un vestido azul cielo de lino con top cruzado, cinturón con costura a la vista y falda de largo asimétrico de Adolfo Domínguez. Coordinó el diseño, vaporoso y fresco, con una bolsa de tela FQ Ikat solidaria y espardenyes de Ibiza de Sabellar. Unas alpargatas que son pura artesanía, elaboradas con fibra natural de pitera y suela de yute. Un guiño a la isla y un detalle a su tradición.
Leonor, combinada en colores con su madre, estrenó un vestido también azul con falda pareo de & Other Stories con estampado de mini hojas silvestres y cuñas de Macarena Shores; y Sofía, un mono blanco corto blanco con cinturón de Zara y cuñas de Macarena Shores. Las niñas están ya más altas que doña Letizia, que escogió para este acto las alpargatas planas. Yo creo que por dos motivos: por lo agreste de la ruta (mejor evitar tacones); y porque sus hijas además de ir ganando estatura también van ganando protagonismo.
Esto fue el jueves. El sábado 7 se produjo la foto más esperada del verano. El gran momento (la otra foto de la que hablaba). La Reina Sofía, en Palma desde hacía semanas (23 de julio), compartió una cena de verano con los Reyes, Leonor y Sofía. A la salida del restaurante Ola de Mar, la Reina emérita iba de la mano de la Princesa de Asturias. Abuela y nieta, paseando con las manos entrelazadas, escoltadas por Letizia (a la derecha) y Felipe (a la izquierda). Los Reyes adelantaron un poco el paso y Sofía y Leonor quedaron en un plano perfecto para la foto. Juntas, sonrientes, caminando muy unidas. Leonor saludaba con la mano derecha. Su abuela se giró hacia atrás y con una mirada rápida le indicó a Sofía que se uniera a ellas. La infanta agarró a su abuela por el brazo izquierdo y su sumó al paseo.
Era la primera imagen de doña Sofía de este verano. Era también su primera salida pública. Una cena familiar, que compartieron con la princesa Irene y el matrimonio Frucheau, considerada como un acto privado, no oficial, que desde Casa del Rey delimitan muy bien.Sin embargo, nos dejó para el recuerdo una imagen amable y sonriente: un recorrido tranquilo de doña Sofía con sus nietas por el puerto de Portixol. Una foto que transmite unidad familiar, cariño, conexión y complicidad, en una semana en la que se cumplía un año de la salida, marcha o autoexilio de Juan Carlos I a Abu Dabi. Doña Sofía es el centro de la foto, es el centro de la familia, como abuela y como madre. No puedo dejar pasar que no las veíamos juntas, en una aparición pública, desde los Premios Princesa de Asturias en octubre de 2020.
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