Así ha arrancado ‘Tierra amarga‘

  • Tierra amarga ha sido todo un éxito: ha cerrado su estreno como el mejor de una serie diaria de los últimos 8 años
  • Conoce aquí a los personajes de Tierra amarga
  • ¿Cuántos capítulos tiene la nueva serie turca?

    Turquía, años setenta. Vali es un jugador empedernido que tiene una cuantiosa deuda con Naci. Este, como forma de pago, le exige pasar una noche con su hermana Züleyha, una bella y humilde modista. Sin saber lo que le tiene preparado su hermano, la joven llega a casa del hombre para tomarle unas medidas.

    A los pocos minutos, él empieza a atacarla y a abusar de ella. Por casualidad, Yilmaz, el novio de la joven, se presenta en casa de Naci y logra evitar una mayor agresión. Sin embargo en la lucha acaba matándolo. “¿Y ahora qué vamos a hacer? Somos unos asesinos”, pregunta Züleyha en estado de shock.

    Gaffur, el capataz lamenta su decisión

    Al día siguiente, la pareja huye de su ciudad en el interior del país en dirección a Estambul. Los ayuda a escapar Ayhan, que ha sido un padre para Yilmaz desde que se quedó huérfano. “Esto es todo lo que puedo hacer por vosotros”, dice el anciano.

    Mientras viajan en tren, una banda les roba el dinero. Solos y desamparados, acaban en la región de Çukurova, donde piden ayuda a Gaffur, un viejo amigo del muchacho, a quien conoció en el servicio militar. Züleyha se presenta como hermana de Yilmaz; no quieren que nadie conozca su relación y el crimen que cometieron.

    Gaffur les sugiere que pidan alojamiento y trabajo a Hünkar Yaman, una de las hacendadas más ricas de Çukurova y dueña del rancho donde él trabaja, pero pronto se arrepiente de su decisión porque al conocerles, Demir, el hijo de Hünkar, se queda prendado de la chica y se propone conquistarla.

    Pasan los días y se celebra una fiesta en la mansión de los Yaman a la que acuden muchos familiares. Hasta allí llega la prima Sermin y le cuenta a Hünkar que Filiz, la exmujer de Demir, está embarazada. “Eso quiere decir que no era estéril y sí lo es tu hijo”, comenta con maldad. La dueña de la casa se retira a la habitación de su anciana madre, que padece alzhéimer, y se desahoga con ella. “Si todos acusan a Demir de ser infértil, nuestra dignidad, nuestro nombre y todo lo que poseemos se vendrá abajo. No sé cómo evitarlo, pero al menos debe casarse pronto”, sentencia con determinación.

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