El avance de la colección de Alta Costura otoño-invierno 2021/22 de Chanel prometía y desgranaba las claves de lo que íbamos a ver hoy. En un breve clip grabado por Sofia Coppola veíamos a Margaret Qualley paseando por los soportales del Palais Galliera, sede del Museo de Moda de París. Por otra parte, las fotografías tomadas en blanco y negro por el fotógrafo sueco Mikael Jansson, desde una azotea de París con la torre Eiffel detrás, nos trasladaba a las escenas del impresionismo. Así, una vez más, Virginie Viard une el cine, el arte y la figura de Coco Chanel en un desfile que se convierte en una especie de fiesta familiar, un encuentro en el que celebrar lo que sea.
Al igual que la serie de videos cortos tomados por Sofia Coppola, el desfile ha tenido lugar en el ya citado Palais Galliera con un número reducido de asistentes. La primera salida la ha protagonizado un conjunto compuesto por abrigo de tweed largo multicolor, con una falda larga de plumas en color salmón, la primera declaración de intenciones de la directora creativa de Chanel y la alusión al referente que une toda la colección: “Porque me encanta ver color en medio del gris invierno”. Además, este tweed con lentejuelas e hilos en rosa, rojo, negro, blanco… Simulan las pinceladas marcadas tan características de las pinturas impresionistas.
Un referente inspirado a su vez por la propia Gabrielle Chanel, tal y como explica Viard: “fue cuando redescubrí una serie de retratos de Gabrielle Chanel vestida en blanco o en negro, con vestidos muy del estilo de 1880, cuando inmediatamente pensé en los trabajos de Berthe Morisot, Marie Laurencin y Édouard Manet. Son vestidos inspirados en los del impresionismo, faldas que se parecen a pinturas y un vestido largo de satén rematado con lazos negros como los de Morisot”.
El resultado es una colección a base de un interesante juego de volúmenes con faldas con vuelo acompañadas de americanas con la cintura marcada, de manga francesa, abrigos con flores bordadas que destacan por sus colores y su textura, como en un cuadro y una irresistible paleta de colores que se mueve entre el negro, el blanco, y los tonos pastel como el malva, el turquesa o el amarillo.
También encontramos esa convergencia entre lo femenino y lo masculino, sello ya del estilo de Virginie Viard, y gracias al cual nos encontramos vestidos vaporosos, estampados y bordados románticos junto a trajes de chaqueta y pantalón, abrigos de inspiración masculina y la sobriedad de algunas prendas. En esta colección la unión de estas dos estéticas se realiza también a través de la mezcla de lo inglés y lo francés: “hay vestidos bordados con lilas, una chaqueta de tweed negro confeccionada con plumas y flores en rojo y rosa. Me he inspirado también en los jardines ingleses. Me gusta mezclar un poco de Inglaterra con un estilo muy francés. Es como fusionar lo masculino y lo femenino, algo que que también he hecho con esta colección. Ese giro dice mucho de quién soy”.
Desde luego, Virginie Viard ya ha tomado las riendas de la Maison dejando la impronta de su particular estética con Gabrielle Chanel y todo aquello que le inspiró siempre muy presente.
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