Son uno de esos básicos que todas tenemos en nuestros joyeros y que, a menudo, nos parecen un tanto aburridos e incluso (y digámoslo abiertamente y sin miedo) poco elegantes. ¿Por qué? Porque estos pendientes han estado relacionados desde hace años con la cultura urbana underground y con el hip hop y el rap.
Raperas como Cardi B y Nicki Minaj los han llevado al extremo luciéndolos con ropa deportiva, mientras que el mundo de la moda las miraba con espanto. Sin embargo, fue Jennifer Lopez la que reconcilió los hoop earrings con toda clase de estilos. Sin que nos hayamos dado cuenta, la cantante lleva apostando por ellos desde el principio de su carrera en las calles del Bronx y llevándolos hasta las colinas de Hollywood.
Considerados por los griegos, los romanos y los egipcios como símbolo de poder, los pendientes de aro son una de las tendencias fashion más antiguas de nuestra civilización. De hecho, y seguro que Jennifer Lopez lo sabe y por eso le encantan, su forma circular es sinónimo de unidad, de fuerza y de plenitud. La pregunta es, ¿Cómo consigue Jennifer Lopez lucirlos en todo momento con acierto? El truco está, sin lugar a dudas, en el peinado.
Melena suelta = mayor grosor
Repasando los look beauty de la cantante hemos detectado un patrón. Siempre que apuesta por pendientes de aro con su melena al viento se decanta por los más gruesos. No por los de mayor diámetro. Es importante que diferenciemos entre volumen en cuanto a grosor y volumen en cuanto a circunferencia. Lo que consigue Jennifer Lopez con esto es que el grosor (a veces un poco ‘basto’) de este tipo de pendientes sea ‘absorbido’ por la fuerza de su melena.
Pelo recogido = mayor diámetro
Pero menor grosor. ¿El motivo? Cuando Jennifer Lopez apuesta por peinados como las coletas altas o los moños (que le encantan) apuesta por la comodidad y el movimiento de los diseños más finos, pero más grandes. El hecho de llevarlos ‘al aire’ significa que si recurriese a modelos muy gruesos se ‘comerían’ el resto de su look. Los pendientes de aro con recogidos tienen que aportar elegancia a los mismos, pero sin destacar mucho.
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