Ana Soria cierra y borra su cuenta de Instagram, sigue los pasos de Enrique Ponce y desaparece de las redes: ¿se les rompió el amor (de postureo) de tanto usarlo?

Ya no podemos escribir que se trata de una decisión personal, que se debe a la falta de tiempo. Ana Soria ha seguido los pasos de Enrique Ponce y ha borrado su perfil de Instagram, un movimiento calculado que ha sorprendido, y mucho. La desaparición de las redes de la recién llegada al mundo de la celebridad rompe definitivamente todas las quinielas que se hicieron al respecto de su irrupción en el mundo de la fama y la viralidad: confirmamos que su destino no está en la influencia de moda, aunque ella hiciera sus pinitos como modelo digital. Además, el borrado de su perfil se produce escasos días después de que Enrique Ponce borrara también su cuenta en Instagram y las fotos de los besos y arrumacos de la pareja. Definitivamente, es un paso a dos, y por la misma razón.

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La desaparición de Enrique Ponce y Ana Soria de las redes sociales borra las huellas de su historia de amor, el flechazo más viral de los últimos años y un bombazo de verano que ocupó incontables horas de televisión e interminables hashtags. El culebrón de la ruptura con Paloma Cuevas y el siguiente desparrame de besos, roces, achuchones y posados en bikini escandalizó a unos e inspiró a otros para criticar o defender amor entre un señor de casi 50 y una joven de poco más de 20.

La ridiculización de la figura de Ponce fue una constante en la cobertura viral, sobre todo cuando salieron a colación sus vídeos como bailarín y cantante de boleros y rancheras. Al no tener apenas historia, ella salió más o menos indemne de la atención del ojo público. Sin embargo, la reputación y la credibilidad de él quedó tocada.

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Está claro: se les rompió el amor de Instagram de tanto usarlo. De hecho, ambos abusaron de la exposición y la visibilidad que las redes permiten. De ahí los abucheos a Ana Soria en las plazas, las malas críticas a Enrique Ponce en los periódicos más influyentes y las quejas de los aficionados más tradicionales acerca de la banalización de la mística del toreo gracias a la irrupción de Ponce en los medios de comunicación ‘frívolos’.

Por su parte, Ana Soria podría haber descartado definitivamente su carrera en la moda para apostar decididamente por el Derecho: su aterrizaje en el mundo profesional está próximo y pocos clientes se la tomarían en serio de seguir con los achuchones románticos en Instagram. Recordemos: su padre dirige uno de los bufetes más importantes de su especialidad de Andalucía y su padrino es el ex juez Baltasar Garzón. De hecho, se ha rumoreado que Ana podría hacer las prácticas en su bufete madrileño.

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Paralelamente a este giro de guión, el seguimiento a la pareja por parte de los fotógrafos del corazón continúa. De hecho, la ausencia en las redes de Ana Soria y Enrique Ponce se ha querido relacionar con una pelea en plena calle captada por los paparazzi, en la que se comprueba que la joven Soria tiene carácter y hace valer su cada vez más próxima independencia económica y profesional. Era el torero el que, con gestos de desesperación, perseguía a su novia y trataba de hacerle entrar en razón.

Ante la preocupación general, el entorno de la pareja se apresuró a asegurar que todo va bien. Además, Ana Soria explicó en una de sus últimas apariciones públicas la razón de la salida de Instagram del diestro. «No vemos los comentarios, no sabemos lo que dicen, pero el motivo real es que no lo utiliza», aseguró la almeriense al diario ‘ABC’ . «Él se ha cansado y yo estoy a punto».

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