¿Es Harry Potter un hijo de Satán?

Una nueva noticia a este respecto llegó al comienzo de la semana, una más. El colegio católico St. Edward de Nashville (Tennesse) anunciaba que retiraba de su biblioteca escolar los siete libros de la saga de Harry Potter después de que el pastor que dirige el centro, Dan Reehil, haya asegurado que «las maldiciones y hechizos» que aparecen en sus páginas son «reales».

En dicho mensaje, el pastor adviertía de que la escritora J. K. Rowling pone en riesgo a los lectores de la saga que, al leer ciertos pasajes, pueden llegar a «conjurar espíritus malignos». Reehil continúa diciendo que esta información las ha consultado con diferentes exorcistas de Estados Unidos y de Roma y son ellos quienes le han aconsejado eliminar esos libros de la biblioteca del colegio.

Sin embargo, esta noticia que vincula a Potter con fuerzas oscuras no es en absoluto nueva. Vamos a proceder a recordar algunos de los nexos diabólicos que han ido salpicando desde hace años a una de las sagas literarias y cinematográficas más populares de la historia.

Antes, como explica «The Telegraph», hay que recordar que la creadora del universo potteriano, J. K. Rowling, tuvo una fuerte oposición desde sus inicios en Estados Unidos por los grupos cristianos, a pesar de que ella es creyente. Y en los Emirátos Árabes Unidos está prohibida en las escuelas desde 2002 porque sus valores no son islámicos. Y ha habido censura similar en Malasia, Filipinas o Arabia Saudí, según este medio británico.

Recordemos que en abril de este año una noticia de esta índole también nos impactó a todos. «Unos sacerdotes polacos queman libros de Harry Potter para combatir la magia», titulábamos en ABC donde explicábamos que unos clérigos pertenecientes a la fundación «SMS desde el cielo», que colgaba en las redes sociales las fotografías de su acción, en la que se ve cómo apilan libros y otros objetos con la ayuda de niños para trasladarlos al lugar donde se realiza la quema.

«SMS desde el Cielo», como se llamaba la asociación, argumentaba que la quema se ha hecho en obediencia a Dios, y enumera algunas citas de la Biblia para justificar la hoguera. «Usar horóscopos, astrología, quiromancia, profecías o presagios son manifestaciones del deseo de controlar el tiempo, la historia y la humanidad y, al mismo tiempo, del deseo de ganar poderes ocultos, por eso se trata de prácticas contrarias a la reverencia y al respeto a Dios», se leía en su cuenta de Facebook.

En 2015, también, el que fuera consejero de Educación del Gobierno británico Tom Bennet comentó lo siguiente: «Hay muchos padres que están incómodos con la idea de que sus hijos debatan, busquen información o lean algo que haga referencia a lo oculto». Y es queeste político hacía referencia a que varios colectivos de padres creyentes en el Reino Unido habían pedido al Gobierno que prohibiera que se hablara de Harry Potter en las clases de sus hijos.

Habría que retroceder 10 años, a 2009, cuando Benedicto XVI promovió al reverendo Gerhard Maria Wagner, un sacerdote austríaco altamente conservador, como obispo auxiliar de Linz. Este nombramiento fue muy polémico porque Wagner había sido el autor de controvertidas afirmaciones como que las novelas de Potter fomentan el «satanismo» o que el huracán Katrina era «retribución divina» por la tolerancia de la homosexualidad en Estados Unidos.

En 2003, el propio Papa Benedicto XVI, aunque en su época de cardenal, dijo que los libros de Harry Potter seducían a los jóvenes lectores de manera subliminal y «distorsionan la cristiandad en el alma» antes de que ésta pueda desarrollarse, según los comentarios que le atribuía la escritora alemana y católica devota Gabriele Kuby. Previamente, el Vaticano parecía aprobar los libros de Harry Potter. Hay que decir que en 2011, con el estreno de la última película de la serie, dirigida a un público más adulto, el Papa, a pesar de se la más violenta de las siete películas y la que más escenas de amor entre los personajes contiene, consideró que se daba «el equilibrio justo». La Santa Sede observaba que se muestra adecuadamente la lucha entre el bien y el mal. Y «L´Osservatore Romano», el periódico oficial del Vaticano ha publicado un artículo dedicado al film.

De vuelta al 2009, como cuenta «The Telegraph», el que escribiera los discursos a George W Bush contó en un libro que a Rowling se le negó la medalla presidencial de la Libertad por las preocupaciones religiosas ya que había gente en la Casa Blanca en puestos clave que pensó que «los libros de Harry Potter fomentaron la brujería».

Sería en 1999 cuando tuvo lugar la primera polémica real acerca de la saga cuando en Estados Unidos, en California, una madre llamada Cynthia Kersey se quejó de que Harry Potter y la Piedra Filosofal era una novela «violenta» y «antifamiliar». Un comité de maestros y padres decidieron permitir la lectura aunque no que fuera necesaria a ningún nivel. La mujer se quejó de nuevo: «Creo que es patético que el distrito escolar tenga miedo de tomar una decisión moral». Habría ese mismo año en Estados Unidos alguna queja más y finalmente, tras la queja de Kathryn MacGown, la directora del centro Bruckner en Michigan accede a prohibirlos. «Los libros se basan en la brujería, que es una abominación al Señor», dijo MacGown. «Leí un par de capítulos y sentí que Dios no quería que lo leyera», afirmó.

Según el monumental resumen de los percances que ha tenido Harry Potter no con Voldemort sino con los que le acusan de satanismo, realizado por «The Telegraph», habría que recordar la primera quema de libros que se llevó a cabo el 29 de marzo del año 2000. Fue en la Iglesia Harvest Assembly of God en la zona rural de Pensilvania. El reverendo George Bender incluye las tres novelas de Harry Potter, calificándolas de «impías». El 8 de julio, se publica la cuarta novela, «Harry Potter y el cáliz de fuego». Y la escuela primaria St Mary’s Island, una escuela de la Iglesia de Inglaterra en Chatham, Kent, se convierte en la primera escuela británica en prohibir la serie de Potter, Hermione y compañía.

Otra prohibición llegó de parte de las tiendas de juguetes The Entertainer, una de las cadenas más grandes de Gran Bretaña, que prohíbe los juguetes de Harry Potter en sus locales. «Mi preocupación es que los niños comienzan con algo bastante inocente. Como padre, no quiero que se dibujen en tablas ouija y lo oculto», dijo Gary Grant, su propietario.

Y bueno, creemos que ya es más que suficiente esta retahíla enorme de polémicas en donde cabría decir que no son todas las que son pero sí son todas las que están para hacerse una idea de la enorme contestación, censura y gravedad de las acusaciones a las que ha tenido que enfrentarse la saga. Recordemos que Los libros de Harry Potter han sido censurados desde que se lanzó el primero de la serie, Harry Potter y la piedra filosofal, en 1997; y en 1999, fue el libro más censurados en los Estados Unidos, y la serie lideró la lista de los libros más censurados en el periodo de 2000-2009.

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