Basma de Jordania, la temeraria piloto acrobática que terminó casándose con el príncipe Hamzah

El príncipe Hamzah, hijo de Noor de Jordania, sigue bajo arresto domiciliario por la extraña crisis jordana. No sólo él: su mujer, la princesa Basma, madre de cuatro de sus cinco hijas y del único hijo varón, también sufriría el mismo destino, según reveló él a la BBC. Uno que se ha complicado tras el reciente anuncio de los cargos contra el príncipe (por sedición, anunciados formalmente por el primer ministro de Jordania, Ayman Safadi), aunque el gobierno jordano insiste en que el príncipe no está detenido oficialmente. Una situación que parecía imprevisible cuando, hace una década, la pareja disfrutaba de una de sus pasiones en común: el aire. Precisamente lo que precipitó su arresto domiciliario: de acuerdo a las informaciones de la prensa israelí, Hamzah, Basma y sus hijos estaban planeando salir del país en un vuelo organizado por un ex agente del Mosad, también detenido. Un vuelo de huída que tanto Basma como Hamzah podrían haber pilotado.

Pero retrocedamos 10 años. En 2011, nada hacía presagiar la crisis monárquica actual: para entonces, el príncipe Hamzah hacía años que ya no era el sucesor designado por su hermanastro, el rey Abdalá II (en contra del testamento del padre de ambos, el rey Husein de Jordania). Fue en 2004 cuando quedó claro que Hamzah no sería el sucesor oficial, algo ratificado en 2009, año en el que Hamzah también se divorció de su primera esposa, la princesa Noor Bint Aasem Bin Nayef. Tras ambos reveses, el príncipe se refugió en una de sus pasiones: la presidencia del Royal Aero Sports Club de Jordania, donde era frecuente verle en saltos aéreos y otras actividades.

Y donde era instructora la que se convertiría en su segunda esposa: Basma Bani Ahmad, hija de un empresario jordano emigrado a Canadá tras servir en las Fuerzas Aéreas de Jordania. Basma, nacida en 1979, se crio en Ontario, y se educó en un prestigioso colegio británico antes de que el gusanillo de la aviación guiase sus siguientes pasos. Tras acudir a la Universidad de Western Ontario, se dio cuenta de que las Matemáticas estaban bien, pero que lo que realmente le gustaba era volar. Tras probar suerte en Canadá en el mundillo aéreo (y sacarse un título en Empresariales), se mudó a Jordania en 2005, donde encadenaría logro tras logro, desde su título de instructora de vuelo en 2007 hasta su título como experta en planeadores hasta convertirse en la primera mujer del país certificada en vuelo acrobático.

Basma era miembto de la sección árabe de Las 99, un grupo de mujeres pilotos establecido a finales de los años veinte del pasado siglo por Amelia Earhart y otras 98 compañeras, para promover la aviación entre las mujeres. Fue en ese papel como conoció al príncipe. La versión oficial resultaba un tanto extraña: según el palacio hachemita, ambos se habían conocido en una muestra dedicada a la aviación deportiva en noviembre de 2011, en Dubái (donde Basma promocionaba la aviación deportiva y la necesidad de que hubiese más mujeres árabes que surcasen los cielos), antes de casarse en una sencilla ceremonia en enero de 2012. Un noviazgo demasiado exprés, pese a que hay constancia de que el príncipe había acudido anteriormente a eventos del club que presidía en el que la actual princesa también estaba presente, en su papel como instructora de vuelo y piloto destacada del Royal Aero Sports Club.

En cualquier caso, la pareja contrajo matrimonio en una ceremonia mucho más privada y limitada que la boda real del 27 de mayo de 2004. No hubo pasillo de sables, ni tampoco desfile en descapotable, ni asistieron royals de otros países, como Letizia y Felipe. La boda, celebrada en el Palacio de Basmán en la intimidad familiar, contó con la asistencia de las dos reinas, la consorte Rania de Jordania y la viuda Noor de Jordania (madre de Hamzah), y la bendición del hermanastro Abdalá II. El padre y los hermanos de la novia se desplazaron hasta Amán para la ceremonia, acompañados del resto de la familia real jordana.

Abdalá tampoco le negó todos los honores a su pariente: ofreció el palacio tanto para la ceremonia como para un almuerzo de Estado con el que celebrar la boda, en presencia de la mayor parte de los grandes poderes jordanos. Tras la boda, la pareja siguió acudiendo a eventos relacionados con la aviación, como una sesión de paracaidismo en 2012 en la que el príncipe protagonizó un salto. Los dos son expertos pilotos, aunque los años les fueron retirando de los cielos: Basma es más conocida hoy por haber sido madre en cinco ocasiones (cuatro niñas y un niño entre medias, la última nacida en 2019 y la primera a finales de 2012). Y Hazma por haber mantenido los lazos con las sociedades tribales jordanas, aprovechando el inmenso parecido con su padre. Unos nexos que, unidos a sus críticas públicas y privadas a la monarquía de su hermano, han acabado confinando a la pareja en tierra.

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El estilo de Noor de Jordania, la 'Grace Kelly' de Oriente Medio, en imágenes

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