QUÉ HA PASADO
• Sarp habla con Bahar.
• Emre se interesa por Sirin.
• Piril trata de suicidarse.
A pesar de las súplicas deBahar, Piril se niega a llevarla con ella: “Por tu bien y por el de tus hijos es mejor que no salgáis de esta casa. No sabes la clase de psicópata que es Nezir”. Más tarde, se despide de Sarp: “Ahora vivirás con alguien que no te quiere y entenderás lo mucho que sufrí por ti todos estos años. Será tu condena”.
Para ese entonces, Hazim se reúne con una de las empleadas del hotel y esta le cuenta que están acondicionando las habitaciones de nuevo. Para no perder detalle, le pide que coloque un micrófono. Hatice tiene una fuerte discusión con Sirin cuando encuentra en una de sus cajas de acuarelas una pulsera de diamantes. “Me la compré yo y no Suat. Es una imitación”, miente la joven. Además, al sentirse atacada recuerda a su madre que no es la indicada para dar lecciones pues ella se fugó con Enver estando todavía casada con Hamdi.
Para evitar que la situación pase a mayores, el matrimonio sale de casa y da un paseo. “No me arrepiento. Estar contigo es lo mejor que he hecho en mi vida. Pero si fuera ahora lucharía más por Bahar”, confiesa Hatice.
Piril y Bahar, en manos de Nezir
Suat ordena Zevsi que no sigan protegiendo a Sarp. Al saber que hay un micrófono en el hotel, ve la ocasión perfecta para entregarlo a Nezir. Así, va a visitar a Piril y mientras hablan revela la dirección exacta de donde se esconde. La policía registra el café y tras encontrar el arma con el que asesinaron a Yeliz, se lleva detenidos a Arif y a Yusuf
Como empiezan a escasear los alimentos, Sarp sale a hacer la compra. Durante el trayecto, un animal se le cruza y cae por un terraplén. Mientras, en la casa, Bahar se inquieta por su tardanza y Doruk al oír ruido sale corriendo a abrir. “¿Dónde esta Sarp Cesmeli?”, pregunta Nezir dispuesto a cobrar venganza. Como no hay rastro de él, decide llevarse a Bahar y a los niños. No contento con esto, horas después va al hotel y también secuestra a Piril.
Sirin se entera de que Idil ha cambiado los diamantes de su pulsera por unos falsos y la convence de ir a recuperarlos: “Así podremos venderlos por su precio real y repartir las ganancias a medias”.
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