• Azize echa a su familia y a Esma del palacio.
• Handan y Cihan creen que por fin vivirán en paz.
Con argucias, Azize consigue citar a Azat y a Miran a las afueras de la ciudad y poner a este en una complicada situación: si no dispara a su enemigo, ordenará a Mahmut que lo haga y ella le disparará a él Miran le dice que no ha renunciado a la venganza como ha hecho creer a todos, que esa mentira forma parte de su plan para asestar el golpe final a los Sadoglu, y le pide tiempo para hacerlo, pero ella no le cree y le repite su amenaza.
El chico, entonces, decide disparar porque así se asegurará de que la herida no será letal, como pretende su abuela. Ignora que esta ha secuestrado a su amada Reyyan, que ve la escena encerrada en un coche a apenas unos metros. La joven grita desesperada que no dispare, pero él no la oye.
Antes de irse con su abuela, Miran se las ingenia para telefonear a Firat y que escuche la conversación que mantiene con ella. Así se entera de lo que ha ocurrido y que debe ir a socorrer a Azat. Poco después, Reyyan, a la que han dejado libre en las inmediaciones, intenta sin éxito encontrar el lugar donde ocurrió la tragedia.
Unos desconocidos rescatan a Sultan
El coche donde viajan a la fuerza Sultan, Gönül y Esma es interceptado por unos desconocidos que se las llevan después de asegurarles que van a ponerlas a salvo. Aslan y Mahfuz encuentran a Azat malherido y se disponen a llevárselo al hospital, pero él se opone. “Si lo haces, correrá aún más sangre”, acierta a decir a Aslan. Este decide llevarlo a su casa, donde lo cura. Luego, se refugia en su habitación, donde tieneun cuarto secreto con imágenes de Reyyan.
Horas después, y mientras Miran y Firat comprueban estupefactos que Azat ha desaparecido y lo buscan desesperadamente, Azize va en busca de Reyyan para burlarse de ella. Luego, de vuelta en el palacio, comienza un ritual para recibir a la muerte en el que se lava de arriba abajo y se viste con una túnica blanca.
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