La Navidad es una época marcada por los excesos. No podemos negar que durante las últimas semanas de diciembre, las comidas y cenas se convierten en un verdadero festín para todos nosotros, abundan platos ricos en azúcares que habitualmente no ingerimos, incluidos multitud de postres, y no faltan los brindis continuos. A todo esto debemos añadir además la falta de sueño o los desajustes continuos en torno a los horarios. Multitud de factores que no tardan en tener consecuencias en nuestro organismo -la pesadez o ardor de estómago, náuseas o incluso dolores de cabeza son algunas de las sensaciones más repetidas-, y también en la piel. ¿Sabías que esta también sufre de «resaca navideña«?
Posiblemente nunca hayas pensado en ello, pero estos excesos tan habituales tienen efectos muy negativos para el cutis: envejecimiento prematuro, deshidratación, inflamación… «Como afirman otros especialistas como el Dr. Perricone, y coincido con ellos, es esencial seguir una dieta antiinflamatoria. Cuando somos jóvenes, metabolizamos unas tres copas de alcohol en unas cinco horas. Cuando llegamos a los 40 años, esta metabolización necesita días. Durante esa fase de metabolización, nuestra piel pasa por períodos deshidratación y glicación. Primero, la piel pasa por una fase de deshidratación celular y, luego, es como si se caramelizara, cristalizara, produciendo un declive de colágeno y elastina y una cascada brusca de envejecimiento«, apunta la doctora en medicina estética María José Burgués.
Es importante ser cautos con los alimentos que ingerimos en estas fechas tan señaladas, no es cuestión de no darnos ningún capricho en Navidad sino de saber tomarlos con calma y moderación. «Los alimentos ricos en azúcar glican la piel, mientras que los muy salados la deshidratan profundamente, al igual que el alcohol. Por eso, hay que ser comedido en la ingesta de estos ingredientes», argumenta Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.
Cómo hacer frente a los excesos de Navidad
Más allá de poner el foco en todos aquellos alimentos ricos en azúcares, en el consumo abusivo de alcohol o café, y el tabaco, podemos contrarrestar y equilibrar esta ingesta exagerada, al menos en comparación con el día a día, con una dieta antiinflamatoria. Resulta igual de acertada tanto antes de estas copiosas comidas como después. Aquí va una selección de alimentos que pueden incluirse:
En cuanto a bebidas, más allá del agua mineral, clave para mantener el cuerpo hidratado y en perfectas condiciones -el Dr. Perricone recomienda «evitar el agua del grifo, pues puede contener residuos perjudiciales como partículas de metales pesados»-, el té verde resulta clave. Cuenta con múltiples propiedades antienvejecimiento confirmadas científicamente y puede ser un gran aliado en estas fechas.
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