Cuántas veces has sentido que estabas perdiendo el tiempo por no tener nada que hacer? Terminas tus tareas, te sientas en el sofá y enseguida buscas nuevas actividades de provecho que ocupen tu tiempo libre. Adelantar los trabajos del día siguiente, hacer los recados que tenías programados para el fin de semana o simplemente incrementar tus conocimientos leyendo en Internet sobre algún tema en concreto.
No tener nada que hacer te estresa. Ver la televisión una tarde y no salir a la calle o tomarte un café sin estar con otra persona ni leyendo son dos de las actividades que nunca entran en tus planes porque sientes que no estás siendo útil y que no has aprovechado tu tiempo libre como deberías.
Si te identificas con esto, cuidado, puede que tengas adicción y dependencia al estrés. Te gusta la tensión, tachar tareas de la agenda y trabajas por encima de tu salud tan solo por las recompensas. Pero, ¿sabes que procrastinar no es malo si no se hace en exceso? ¿Conoces todos los efectos secundarios de ocupar tu tiempo con tareas constantemente? Te explicamos a continuación los factores que te llevan a sufrir esta adicción y las consecuencias por las que deberías poner remedio.
Factores de la dependencia al estrés
El estrés engancha. Estar ocupados y continuar añadiendo tareas a la lista de cosas por hacer es uno de los vicios más comunes de la población. En épocas en las que pasamos más tiempo en casa, como en el momento que estamos viviendo, esto se intensifica ya que los factores externos y las circunstancias que vivimos son también parte de las causas que nos llevan a no querer estar ni un solo minuto sin hacer nada.
Pero más allá de estas circunstancias externas, nuestro propio cuerpo es también responsable de padecer esta adicción. La genética o nuestro historial de salud tienen mucho que ver en ello y, el cortisol, que es la hormona causante del estrés, es la principal protagonista causante de esta dependencia.
Porque existen estudios que afirman que la presión y las situaciones difíciles excitan a las personas aumentando el nivel de cortisol en nuestro cuerpo y consiguiendo que, cuanto más estresados estemos, mayor cantidad produzcamos.
También las personas que nos rodean pueden ayudarnos a generar mayor estrés. Si nuestro círculo social a menudo habla de su trabajo o de situaciones de falta de tiempo en sus tareas, nosotros, consecuentemente, nos veremos contagiados y para sentirnos útiles buscaremos más tareas por hacer.
Consecuencias de esta adicción
Controlar el estrés no es fácil, pero es recomendable ponerse en manos de expertos para reducir el nivel de cortisol de nuestro cuerpo, ya que su aumento daña tanto a nivel físico como emocional. Puede llegar a generar afecciones cardíacas, daños al sistema inmunitario y envejecimiento prematuro. Se manifiesta en ansiedad, en depresiones, en dolores constantes de cabeza, en problemas para digerir los alimentos, en aumento de peso, en alteraciones de la piel e, incluso, en fallos de la memoria. De hecho, un nivel muy alto de cortisol se relaciona con la enfermedad del Alzheimer.
Además, otras adicciones, como las drogas o el tabaquismo, están también directamente relacionadas con el aumento de cortisol en nuestro cuerpo.
Por qué reducirlo
Ocupar constantemente nuestro tiempo libre no es positivo para nuestra salud. De hecho, todo lo contrario. Se trata de buscar una mejor calidad de vida que nos ayude al mismo tiempo a mejorar las relaciones con nuestros familiares, amigos y nuestra pareja y, consecuentemente, nuestro sistema inmune. Puede parecernos que procrastinar es perder el tiempo, pero un buen descanso ayuda a evitar los problemas que derivan del estrés.
El primer paso, como todo, es identificarlo, saber que estamos bajo una adicción que impacta negativamente en nuestra salud física y mental. El segundo, reemplazarlo. Debemos buscar hobbies que nos distraigan y apostar por hábitos más sanos como el deporte.
También una alimentación sana y equilibrada y permitir al cuerpo descansar las horas necesarias conseguirá reducir el cortisol y, por tanto, ayudarnos a desprendernos de esa adicción que nos impide saber disfrutar de nuestro tiempo.
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