- Iker Casillas, el ex futbolista de la Selección, Real Madrid y Oporto, se despide de los terrenos de juego y plasma su carrera en el documental ‘Colgar las alas’.
- ‘Colgar las alas’ recorre su carrera futbolística y revive el infarto que el jugador sufrió durante un entrenamiento.
El exportero del Real Madrid y del Oporto y campeón del Mundo y de Europa con la Selección Española, repasa los momentos más importantes de su vida personal y profesional en Colgar las alas, nueva serie documental que llega el viernes 27 a los canales #Vamos y #0 de Movistar+. “Cuando surgió la idea de contar mi historia no tuve dudas de que Movistar+ era el socio perfecto. Nos conocemos desde hace muchos años”, explica Iker Casillas.
El documental se sumerge en la carrera deportiva de este futbolista desde sus inicios hasta su retirada. “Le hemos acompañado en las decisiones que iba tomando sobre su futuro, mostrando una visión calmada y madura sobre su trayectoria. Vamos a descubrir muchas cosas que no se han visto nunca”, declarael director, Luis Fermoso (Informe Robinson).
Colgar las alas también muestra imágenes exclusivas de su último año, marcado por el infarto que sufrió el 1 de mayo del año pasado durante un entrenamiento, y que acabó precipitando su retirada del fútbol.
“Me ha gustado volver a revivirlo y darlo a conocer de manera tan brillante, para que la gente sepa lo que puede suceder”, confiesa el guardameta. Aunque se exhiben sus peores momentos, la serie también muestra escenas de la infancia que el propio protagonista desconocía:“Poder ver tantas imágenes de cuando empecé a despuntar se han convertido en un tesoro”.
Palabras de amigos
En los seis episodios que componen esta producción original de Movistar+, el espectador podrá ver también escenas inéditas de su brillante carrera, y escuchar los testimonios de compañeros de profesión, como Xavi Hernández, Sergio Ramos, Andrés Iniesta, Zidane, Carles Puyol o José Mourinho, entre otros, así como amigos de la talla de Rafa Nadal y de su propia mujer, Sara Carbonero.
Se ha empleado más de un año, con cien horas de grabación, para dar forma y culminar una producción en la que el propio Iker asegura haber “puesto mucha ilusión”.
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