En junio, después de que la Fiscalía retomara la actividad tras el parón por la crisis del coronavirus, anunció que retiraba la acusación de rebelión contra el ‘major’ Josep Lluís Trapero. Pedía que se le juzgara solamente por un delito de sedición o desobediencia, pero hoy, según informa Cadena Ser, la Audiencia Nacional lo ha absuelto de todos los cargos.
La sentencia ha salido adelante –con dos votos a favor y uno en contra, el de la magistrada Concepción Espejel, que ha defendido la existencia de un delito de sedición–al considerar los magistrados que no queda acreditado que diera apoyo a la celebración del referéndum del 1 de octubre de 2017 organizado por el Govern de la Generalitat en contra del Tribunal Constitucional y del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC).
La primera pena solicitada para Trapero era de 10 años de prisión, aunque una vez descartado el delito de sedición, exitía la posibilidad de que no entrara en la cárcel, ya que el delito de desobediencia solo conlleva multa e inhabilitación. Pero ahora, tanto él como todo el equipo de policías a sus órdenes el día de los hechos juzgados, queda libre de todo cargo.
Vida familiar
Josep Lluís Trapero podrá de esa manera descansar tranquilo junto a Sonia Jiménez, su pareja de toda la vida, a la que apenas se ha visto en público. No acudió a acompañarlo durante los distintos procedimientos del caso y siempre se ha mantenido al margen de la vida más pública de su compañero. Aunque nació en Santa Coloma de Gramanet, un barrio popular colindante con Barcelona, Trapero vive desde hace años en una casa en Sant Cugat del Vallés, uno de los municipios catalanes con mayor renta per cápita, con su mujer y su hija de año y medio que la pareja tuvo cuando él ya contaba 54 años y ella, 43.
La historia de Trapero es la de un ascenso construido poco a poco y una caída instantánea. Como major de los Mossos, fue el encargado de organizar la operación para capturar a los terroristas que el verano de 2017 acabaron con la vida de 16 personas e hirieron a 120 en la Rambla de Barelona. Entonces, el diario alemán Süddeutsche Zeitung lo proclamó “el héroe de España”, una frase y una reverencia que también le dedicaron medios españoles.
Hasta llegar ahí, Trapero, hijo de un taxista de Valladolid, empezó estudios de Biología y entró en la academia de los Mossos en 1990. Ya ejerciendo como policía se licenció en Derecho estudiando a distancia en 2006 y en 2008 ya era jefe de la División de Investigación Criminal de los Mossos. Durante 2013 llegó a comisario en jefe del cuerpo y cuatro años después, se enfrentó a los atentados de Barcelona. A pesar del reconocimiento que recibió, también en ese momento hubo cierta polémica cuando se publicó que los mossos habran recibido avisos de posibles ataques terroristas a los que no habían atendido.
De héroe a traidor
Pero su mayor problema profesional llegó con la celebración del referéndum ilegal que el Govern de Carles Puigdemont planeó para el 1 de octubre de 2017, cuando Trapero fue cesado en aplicación del artículo 155 de la Constitución.
El tránsito de héroe a traidor fue cuestión de días y no ayudó el hecho de que la periodista Pilar Rahola colgara una foto en sus redes donde se le veía en una fiesta en su casa de Cadaqués donde estaban también Puigdemont o Joan Laporta –ex presidente del Barça y ex concejal del Ayuntamiento de Barcelona por ERC– y otras personas vinculadas o afectas al procés.
De esa jornada también se publicó un vídeo en el que se le veía tocando la guitarra y entonando Paraules d’amor de Joan Manuel Serrat, de quien es seguidor. Son las únicas imágenes en las que ha podido verse a Sonia Jiménez, con quien Trapero pasó los meses más complicados de su carrera mientras preparaba su defensa, días en los que fue visto paseando por la naturaleza –una de sus grandes pasiones– y en los que, según su círculo, volvió a fumar, después de años sin hacerlo.
Como apuntan algunos medios, el ex major de los mossos tiene buena relación con Dolores Delgado, la ex ministra de Justicia que Pedro Sánchez que hoy ejerce como Fiscal General del Estado, cargo que ha levantado suspicacias por parte de la oposición, muchas de ellas referidas a los posibles indultos a los políticos del procés.
En su día, dicha sentencia –que incluía entre los condenados a quien era el jefe de Trapero aquel día, el conseller de Ingterior, Quim Forn– no auguraba nada bueno para el policía, aunque éste basó buena parte de su defensa en el argumento de que recibía órdenes. Lo dejó claro cuando declaró en el juicio del procés, donde acudió como testigo: "Les instamos [a los políticos] al cumplimiento de la legalidad, les dijimos que el cuerpo de Mossos no iba a quebrar nunca con la legalidad. (…) También les dijimos que fueran conscientes de que estábamos notificados personalmente por el Tribunal Constitucional". Cuando mañana se le comunique oficialmente la sentencia adelantada por los medios, será un hombre libre.
Artículo publicado originalmente el 20 de enero de 2020 y actualizado.
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