Las claves para una piel cuidada: espinacas, frutos secos y una buena limpieza y protección solar

La piel es la primera barrera entre el medio ambiente y nuestro organismo, tal y como nos recuerda el doctor Joaquín Figueroa Alchapar, director de la Unidad de Medicina Antiaging de la Clínica FEMM. La exposición a los rayos ultravioletas, la contaminación o el propio metabolismo y la oxidación natural de las células hace que la piel se vaya apagando y acusando el paso del tiempo. Por eso es tan importante aplicar una barrera sobre la barrera que es nuestra piel, a través de productos de cuidado pero también cuidándola desde dentro, con una buena alimentación y un estilo de vida adecuado. “Los nutrientes que necesita nuestra piel son los mismos que necesita el conjunto del organismo; es decir: macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y lípidos) y micronutrientes (vitaminas y minerales). Los primeros son necesarios para satisfacer las necesidades energéticas y estructurales, y los segundos para contribuir a la proliferación celular y los mecanismos antioxidantes. Y los principales objetivos nutricosméticos en relación con la piel están dirigidos a: mejorar su grado de hidratación, retrasar la aparición de arrugas propias de la edad, prevenir los daños por exposición solar y contribuir a la belleza capilar”, aclara el director de Unidad Antiaging de la Clínica FEMM.

Después, sería el momento de aplicar productos que, tal y como nos aconseja la doctora María José Martínez, fundadora de la firma cosmética Archangela, contengan el “factor natural de hidratación” y que encontramos, por ejemplo, en el ácido hialurónico. Esto es todo lo que tienes que saber para conseguir una piel hidratada por dentro y por fuera.

¿Mejorar el aspecto de nuestra piel y retrasar su envejecimiento a través de la alimentación? Sí, se puede

Hay un dicho, "somos lo que comemos", que podría ser aplicable al estado de salud de nuestra piel, de manera que podría decirse que nuestra piel refleja lo que comemos. El doctor Joaquín Figueroa de la Clínica FEMM se muestra tajante en este aspecto, “La apariencia y elasticidad de la piel depende en gran medida del aporte alimentario que nos proporcionan las proteínas, los lípidos, los hidratos de carbono, minerales o probióticos presentes en los alimentos”. La elastina, el colágeno y los lípidos son tres proteínas responsables de la buena salud cutánea y muchos de sus componentes los conseguimos a través de la alimentación. Cuando abusamos de unos o hay carencia de otros, aparecen disfunciones como el acné o la psoriasis, la sequedad o descamación. Una ingesta excesiva de hidratos de carbono, por ejemplo tal y como nos aclara el experto, favorece la aparición del acné, de arrugas y la atrofia cutánea.

Pescados azules, zanahorias, espinacas, yemas de huevo o soja para una piel hidratada

Las vitaminas más importantes que debemos de tener en cuenta para una óptima salud cutánea son la A, C, D, E, B2, B5, B8 y B9. La vitamina A, por ejemplo tal y como nos explica el director de la Unidad de Medicina Antiaging de la Clínica FEMM, “regula el contenido en sebo de la piel y el pH de la superficie cutánea. La vitamina E contribuye, junto con la vitamina C a la neutralización directa de radicales libres. La vitamina C participa a su vez en la regeneración de los niveles endógenos de vitamina E y en la síntesis de colágeno, de tal forma que su déficit se traduce en menor contenido de colágeno en la piel”. Para mantener en funcionamiento esta cadena perfectamente engrasada hay que ingerir alimentos como el pescado azul, yema de huevo o lácteos (ricos en vitamina D); cítricos, perejil, pimiento rojo o arroz (vitamina C), frutos secos y aguacate (vitamina E); o zanahoria o espinacas (vitamina A), entre otros.

Estas vitaminas deben complementarse con otros minerales como el selenio, el hierro o el zinc, con efectos antioxidantes y fotoprotectores, también presentes en alimentos como las ostras, los mariscos, las lentejas o el gérmen de trigo, entre otros, siempre bajo la indicación de un profesional.

Y, por último, con probióticos y microorganismos vivos que “a nivel cutáneo contribuyen a restaurar la barrera natural de la piel, reduciendo las pérdidas de agua a nivel de la epidermis y mejorando la apariencia estética, observándose mejoras significativas en las manifestaciones de la dermatitis atópica”, tal y como afirma el doctor Figueroa.

Pero, sobre todo, mucha agua

“El agua representa uno de los principales componentes de la sustancia fundamental de la dermis, a donde llega procedente del plasma. Parte de esta agua difunde hacia el estrato córneo donde es retenida por factores hidratantes naturales. La presencia de una cantidad adecuada de agua a este nivel es muy importante de cara a conseguir un cutis suave y terso sin arrugas”, aclara el doctor, quien aconseja beber un litro y medio de agua al día.

Y por fuera: hidratación pero también limpieza y protección

La doctora María José Martínez, fundadora de la firma cosmética Archangela, nos recuerda que lo más importante es aplicar tratamientos con ingredientes que favorezcan a producir el factor natural de hidratación, “las moléculas que más se parecen a esto son fundamentalmente polisacáridos (azúcares complejos) que pueden ser, bien de origen natural y que están presentes en muchas plantas o bien de origen artificial como el ya conocido, ácido hialurónico”, nos cuenta.

Pero, sobre todo la doctora hace especial hincapié en la limpieza, “si tenemos la capa mas superficial sucia eso obstruye los poros y los oxida, lo que hace que la piel se muestre más oscura y opaca, la piel se descama y si se acumula hace que impida que penetren las sustancias que le damos; por ello es muy importante crear una buena rutina de limpieza diaria de la piel para que la piel luzca limpia y luminosa”.

Otro gesto importante a tener en cuenta en la rutina diaria es la protección, “es fundamental por los factores medioambientales a los que estamos expuestos y que impacta en nuestra piel, por lo que es muy importante utilizar productos diarios de protección solar que ayuden a paliar los efectos de los agentes externos”, aclara la fundadora de Archangela.

Un plus de vitalidad

Por último, para conseguir una dosis extra de hidratación, se puede recurrir de manera periódica a tratamientos como los masajes que mejoran mejoran la microcirculación y la preparan para recibir de forma más eficaz los productos que apliquemos después, como el Kobido, “una terapia japonesa y se le conoce como el lifting facial natural”. La doctora también recomienda los peelings químicos, “bien elegidos son fantásticos, ya que dan mucha luz y liberan la piel de las capas opacas, tratamientos más cosméticos que regeneran y dan nutrición al estrato corneo del que hemos hablado”.

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