El cambio climático es la razón por la que cada vez más millennials no quieren tener hijos: ¿excusa o sentido común?

Hace poco una tuitera apuntaba que habría que dejar de preguntar a los políticos si creen en el cambio climático para interrogarles sobre si lo entienden. Esta realidad probada por la evidencia científica plantea un horizonte desolador que preocupa a la generación en edad de procrear.

A algunos les puede parecer otra excentricidad de los millennials, una excusa para no enfrentarse a una decisión adulta como la que es tener hijos. Sin embargo, para muchos de ellos es una razón de peso: ¿cómo plantearse traer más humanos a un mundo cada vez más invivible?

La actual pandemia mundial (y el incierto futuro que plantea) desde luego no invita a pensar en la procreación. Pero antes de esto el calentamiento global ya había generado movimientos como el Birth Strike, una iniciativa originada en Reino Unido en 2017 que propone no traer más hijos al mundo como medida para ayudar al medio ambiente. Su iniciativa no es tanto abogar por la no maternidad como llamar la atención de instituciones y ciudadanos para actuar.

No tener hijos por motivos éticos

Les apoyan datos como los de un estudio de la Universidad de Lund, que asegura que «tener un hijo menos» es el acto individual más eficaz para frenar las emisiones de CO2, por delante de vivir sin coche o ser vegetariano: le ahorra al planeta recibir 58,6 toneladas menos de dióxido de carbono al año.

Una reciente encuesta de Morning Consult en Estados Unidos mostraba que 1 de cada 4 adultos sin hijos citaba el cambio climático como una de las razones para seguir sin descendencia. En torno a un 11% de los encuestados aseguraban que es la razón principal, de hecho. Entre ellos, destacan los negros y los latinos, mucho más proclives que los blancos a considerarlo un factor decisivo.

Además, no vale mirar a los países empobrecidos para que sean ellos quienes se encarguen del control de la natalidad por causas ecológicas. Oxfam publicaba un informe en septiembre de 2020 recalcando que es el 1% más rico de la población mundial el responsable de emitir el doble de C02 que el que genera la mitad más pobre.

No obstante, y aunque resulta un motivo de peso respaldado por la ciencia y la ética, no tener hijos únicamente por motivos «ecológicos» puede llevar a muchas personas a tirar la toalla en la lucha contra el armagedón climático. Si no es por las nuevas generaciones, ¿que nos va a motivar para cambiar el mundo?

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