“Una de las cosas por las que decidí que Lorenzo Caprile me hiciera el vestido de mi boda fue porque nada más conocerme el primer día, cogió una pieza de tela y tres alfileres, y con eso yo vi el vestido que quería, me montó el volumen en el cuerpo en un minuto. Ahí dije: “Es un genio”. Con estas palabras y aún con cierta emoción por el revuelo que ha causado en redes sociales el vestido del día más especial de su vida, nos explica Carlota de la Vega, ejecutiva de cuentas especializada en moda de una conocida agencia de relaciones públicas, cómo se decidió por el diseñador.
Reposted from @ochoveinticuatro Carlota, espectacular de @lorenzocaprile- #noviasespectaculares#inmadnessliessanity #ochoveinticuatro #bodasconestilo #noviasconestilo #novias2020 #novias2021 #ideasparanovias #noviasunicas #noviasdiferentes #noviasreales #vestidosdenovia #vestidodenovia #noviasdiferentes #weddingdress #novias #instawedding #bodasconencanto #ideasboda #weddinginspiration #weddingphotography#fotografiadebodas
A post shared bylorenzocaprile (@lorenzocaprile) on
“Opté por Caprile porque para mí es un artista con mayúsculas, va más allá de un diseñador. Aunque habitualmente haga cosas clásicas, para mí tenía ese punto loco que yo necesitaba para hacer este vestido y encima es un pedazo de profesional porque no es un vestido con patrón. Le quería a él y quería ser un globo gigante. Nunca llevo cosas demasiado ajustadas. La primera vez que fui a verlo me pilló lo que quería a la primera, al vuelo literalmente”, ríe la joven que daba el ‘sí, quiero’ a su pareja, Nicolás Sevilla Trullos, consultor en PwC, el pasado 19 de septiembre.
Carlota. . . . #novia #noviaCaprile #Caprile #LorenzoCaprile #wedding #vestidonovia #weddingdress #boda #weddingday #weddingtime #moda #altacostura
A post shared bylorenzocaprile (@lorenzocaprile) on
Y es que el vestido de novia de Carlota es todo menos clásico y por eso mismo se ha vuelto viral en los últimos días. “Una imagen vale más que mil palabras”, explica tajante Lorenzo Caprile a Vanity Fair. “Carlota tenía una idea muy clara y yo encantado de embarcarme en una aventura nueva y hacer algo diferente y original y que se salga de la novia clásica y tradicional que estamos hartos de verla. Lo hablaba yo hoy en voz alta: si ya tengo fama de clásico no es porque me guste más o menos, sino porque hay que comer, que yo no vivo de subvenciones ni nada de eso. Vivo de mi trabajo y hay muy poquitas novias, desgraciadamente, que se arriesguen”, revela con su habitual (y única) espontaneidad. “A todas ahora les encanta Instagram, les encantan los desfiles, los ‘tal y los cual’… Todas son fashion entendidas, pero luego cuando se tiene que hacer un vestidazo pues nadie se atreve a dar el paso. Y Carlota se atrevió. Tan sencillo como eso”, aclara.
Aunque la novia sabía que quería algo exagerado y realmente único, junto a Caprile fue dando forma al vestido de sus sueños. “El diseño fue muy de la mano con Lorenzo. Yo tenía muy claro que quería muchísimo volumen y fue genial porque fuimos viendo los volúmenes de la manga para que tuvieran coherencia con el resto del cuerpo, luego le metió el terciopelo negro porque yo llevaba unos pendientes vintage negros de terciopelo de Chanel. Es que Lorenzo es lo más, es un artista”, explica Carlota.
“Ella lo tenía clarísimo. En pruebas fuimos perfilando pequeños detalles pero lo que es la imagen en sí, sabía que quería mucho volumen, que no le marcara el cuerpo… Y no hay más que verlo. Es una silueta trapecio muy muy exagerada, es puro volumen y la resurrección de estas mangas jamón de ‘los años 80 reloaded’ llevadas a su máxima expresión. El tejido es una tafeta de seda natural que es el que se tiene que emplear para lograr esos volúmenes. Usamos 25 metros de tela”, detalla el diseñador.
Carlota. . . . #novia #noviaCaprile #Caprile #LorenzoCaprile #wedding #vestidonovia #weddingdress #boda #weddingday #weddingtime #moda #altacostura
A post shared bylorenzocaprile (@lorenzocaprile) on
“Hay pocas novias con personalidad y que arriesguen”
Como en todos los sectores, Caprile, pese a ser uno de los grandes diseñadores de nuestro país (recordemos que él fue el encargado de hacer el vestido de novia de la infanta Cristina, entre otros hitos), también ha sufrido la crisis causada por la pandemia y muchos de los encargos que tenía para este año han sido pospuestos. “Todas las bodas que teníamos contratadas para este año, se han retrasado, entre comillas, al año que viene. Y muy alegremente lo dicen, como si en abril o mayo del año que viene, alguien tiene la boda de cristal y sabe que se van a poder celebrar bodas con 500 personas. Con lo cual, de aquí a que se celebren, pues vete tú a saber, seguramente las niñas querrán otras cosas. Y habrá que verlo porque de muchas ya habíamos empezado los vestidos, están los patrones cortados, están las telas compradas, están los bordados pagados, entonces ahí habrá que negociar, como en todo. Que una niña retrase un año su boda, pues lógicamente verán otras imágenes, les apetecerán otras cosas, habrá cambios que se podrán hacer y otros que no… vamos, que algunas hasta cancelarán la boda porque esto es una prueba del algodón para las parejas… y para todos”, nos dice el creador.
Por eso, Lorenzo ha decidido, como la gran mayoría, disfrutar del día a día sin pensar mucho más allá. “Yo creo que ahora hay que disfrutar de estos pequeños momentos, como lo que ha pasado con el vestido de Carlota, que es una satisfacción para mí. El mes que viene no sabemos qué va a pasar porque todos los días pasa algo. Mientras podamos, tenemos que disfrutar de nuestro trabajo y de clientas como ella que se comen el mundo”, explica y añade: “Ha sido un placer trabajar para ella y con ella. Ojalá hubiera más novias así que se arriesgan de verdad porque normalmente mucho ‘trilirí’ mucho Instagram y son todas influencers y entendidas y ‘tacatá’… Pero luego a la hora de la verdad nada, todas sota, caballo y rey con el vestidito lencero o el pseudo vintage este que está ahora de moda con todo encajes y el tapete de la abuela bordado en cualquier sitio… o de la Casa de la pradera revisitada que son todo trajes espantosos… y poco más. Novias con personalidad, que se arriesguen y que vivan la moda, desgraciadamente hay muy poquitas”, revela con su característica honestidad.
Carlota. . . . #novia #noviaCaprile #Caprile #LorenzoCaprile #wedding #vestidonovia #weddingdress #boda #weddingday #weddingtime #moda #altacostura
A post shared bylorenzocaprile (@lorenzocaprile) on
Una boda llena de detalles
Aunque este año estamos viendo escasas ceremonias, algunas parejas han decidido seguir con sus planes de boda a pesar de las restricciones y la ‘nueva normalidad’. Y también a Carlota de la Vega le ha afectado a la hora de organizar su boda. “Tuvimos que cambiar algunas cosas. La organicé desde el principio con mi padre, que se llama Nacho de la Vega y es interiorista. La ceremonia religiosa y el banquete fue todo en Chinchón, en una finca llamada El molino del manto”, nos cuenta entusiasmada y aún recordando esa jornada llena de nervios y momentos bonitos en la que estuvieron algunas influences amigas de la novia como Jenny Muchelas o Lucía Páramo, hermana del influencer Tomás Páramo.
Ni pandemia, ni restricciones, es cuestión de actitud y estar con las personas que más quieres. Un 11 a un día de 10.
A post shared byCarlota de la Vega (@carlotaorts) on
“Nosotros diseñamos unos manteles y en función de ese diseño, que era un ikat (una técnica de teñido que crea patrones sobre textiles mediante un proceso de técnica de teñido por reserva similar al tie-dye) morado precioso, sacamos todo lo de la boda, chill outs, sombrillas, alpargatas para los invitados, las invitaciones… Mi padre me apartó de la boda dos semanas antes por todos los problemas que había y hasta me puso una ópera a la hora de comer, tuvimos un mago, un violinista y un grupo llamado La Repera, que fue genial. Las flores me las hizo Lucía Navas del Taller de Lucía y el catering fue de La Alhacena con Borja O’Connor, que ha sido como un ángel de la guarda en todo”, concluye Carlota insistiendo una última vez: “Por favor, deja bien claro que Caprile es lo más”.
Fuente: Leer Artículo Completo