Fallece la madre de Stallone, la mujer que envejeció como ella quería: enamorada de la cirugía, inventora de la rumpología y adicta al gimnasio

Jackie Stallone, madre del legendario actor, ha fallecido a los 98 años. Fue precursora de la lucha libre femenina e inventó la rumpología, la paraciencia consistente en leer el futuro de las personas a través de una curiosa parte de su cuerpo: su trasero. Su vida fue tan impactante como su imagen. Con decenas de operaciones de estética a sus espaldas, siguió subiéndose a unos tacones y llevando minifaldas casi hasta sus últimos días.

Nacida el 29 de noviembre de 1921, lo que quiere decir que Jackie tenía más años que la URSS y que era mayor de edad cuando saltó la II Guerra Mundial, la madre de Stallone tuvo, al igual que su hijo, una vida marcada por el gimnasio. Sus padres la criaron con una dura disciplina de ejercicios diarios y a los 16 años, según contaba ella misma en una entrevista con la revista People de los ochenta, se escapó de casa para unirse como acróbata a un circo. En lugar de eso, acabó trabajando en el circuito de lucha libre femenino en Baltimore y, más tarde, vendiendo cigarrillos en el Stork Club de Manhattan, del que eran habituales Elizabeth Taylor, el clan de los Kennedy o Marilyn Monroe. En 1947 se casó con Frank Stallone, se hizo peluquera y tuvo a sus hijos, Silvester y Frank. ¿Una familia normal? Nada más lejos, Jackie nunca perdió su afición por el bodybuilding.

"Teníamos un ring y sacos de boxeo en casa. Hasta pagaba a los niños para que entrenaran. ¿Si a Sylvester le gustaba? No. Pero tampoco le pedimos que le gustara”, recordaba sobre los años de crianza de sus hijos. Cuando Sylvester Stallone se hizo una estrella, era cuestión de tiempo que ella se convirtiera en un personaje en sí misma.

GLOW, el primer Pressing Catch femenino

Durante la época dorada de la WWF, Hulk Hogan por ejemplo se había hecho toda una estrella de la televisión, y el productor Matt Cimber tuvo una idea: hacer un programa televisado de lucha femenina. Y Jackie, que tenía un gimnasio de fitness femenino llamado Barbarella, fue su aliada perfecta. En 1986 nació GLOW Gorgeous Ladies of Wrestling, el primer programa de lucha libre femenina de la televisión americana en el que Jackie actuaba de maestra de ceremonias.

Las luchas del programa estaban tan coreografiadas como las de los hombres y sus luchadoras tenían nombres tan fascinantes como Palestina, Tammy Jones, Heavy Metal, Tina Ferari o The Housewives. Jackie se maquillaba a lo Kimera, hasta rapeaba y se convirtió en un personaje habitual de la televisión americana. Y todo esto cuando ya tenía más de 60 años.

"Estoy segura de que mis hijos se avergüenzan. Creen que no es la posición para mí, para una madre. Probablemente piensan que debería quedarme en casa y meterme en mis asuntos. Pero no se dan cuenta de que si me hubiera quedado en casa Sylvester no estaría haciendo esas películas que hace. Estaría viendo la televisión”, decía la madre de Stallone por aquel entonces. Durante aquellos años, Jackie comenzó a aficionarse a otra de sus pasiones: la cirugía estética. Comenzó a llamar la atención porque cada año parecía estar más joven (o al menos con la piel más estirada) y su aspecto fue mutando hasta llegar a lo que conocimos.

GLOW acabó a principios de los noventa pero Jackie se convirtió en todo un icono trash y, mientras su hijo rodaba superproducciones del cine de acción de los noventa, como El especialista, Juez Dredd o Asesinos, ella se dedicó a publicar libros de astrología y creó su propia línea de tarot telefónica. Pero lo más importante y por lo que debería pasar a los libros de historia es por su papel como precursora de la rumpología. ¿En qué consistía? En leer el futuro de un persona mirando su trasero.

Según explicaba Jackie en su web hasta hace poco (ya no está online), babilonios e hindúes ya practicaban este milenario arte consistente “en leer las líneas, grietas, hoyuelos y pliegues de las nalgas y adivinar así el carácter del individuo para comprender lo que ha ocurrido en el pasado y conseguir una predicción del futuro”. Al parecer, el glúteo derecho representa el futuro mientras que el izquierdo habla sobre el pasado del individuo. EE.UU. no se tomó demasiado en serio la rumpología y Jackie pasó en cierto modo al olvido, haciendo apariciones esporádicas en televisión y lanzando una línea de productos de cosmética.

Su paso por Celebrity Big Brother

Pero en el año 2005 volvió a hacerse popular y las nuevas generaciones, que no la habían visto en su faceta de matriarca de las amazonas, asistieron atónitos a la entrada de aquella anciana con look imposible al Celebrity Big Brother en Reino Unido. El programa además tenía cierto morbo: dentro de la casa coincidiría con Brigitte Nielsen, exmujer de su hijo Silvester Stallone y su primer encuentro fue uno de los momentos cumbres del programa. Mientras que Nielsen gritó entusiasmada un “Oh, ¡dios mío! ¡Jackie!” ella se limitó a un desdeñoso “Sí, Jackie”. Vean el vídeo, es la única manera de entenderlo.

Una vez dentro de la casa, Jackie se peleó prácticamente con todos los concursantes. Nielsen estuvo a punto de irse porque no la aguantaba y una presentadora de Top of The Pops la llamó "La novia de Frankenstein" y le deseó que se ahogara con los huevos del desayuno. Además, se comportó como toda una diva: era incapaz de abrir una botella de vino o de hacerse un té. Cuando sus compañeros la increparon les contestó que, sencillamente, no sabía hacerlo porque tenía empleados que fuera de la casa le hacían esas cosas. ¿El resultado? Fue expulsada en tan sólo cuatro días.

Tras su paso por Gran Hermano, Jackie prácticamente es noticia siempre que sale en alguna alfombra roja y se convirtió, junto Jocelyn Wildenstein, en el ejemplo comodín sobre los excesos de la cirugía estética. Los medios hablaban de que, desde que empezó a operarse en 1981, llevaba gastados más de 100.000 dólares en intervenciones. Ella misma lo asumía: “Acudo tanto al cirujano que tengo la boca como si tuviera nueces dentro… Me siento como si fuese una ardilla”, confesaba hace dos años en una entrevista. Sin embargo, en 2014 causó auténtica sensación durante la premiere de la película de su hijo Los Mercenarios 3. Apareció, a sus 92 años, con una cara totalmente nueva, uñas de fantasía y un monumental escote.

Sólo unos meses después se publicaron unas fotografías suyas haciendo crossfit con las que dio una lección a todo Hollywood. Aquella mujer adicta a las operaciones todavía era capaz de hacer deporte, lo que la lanzó a la fama. Pero, lo más importante, era que había conseguido algo que poca gente lograba: envejecer exactamente como ella quería. "Sigo operándome a menudo y lo seguiré haciendo. Hollywood le teme a la vejez. A todos les gustaría llegar a esta edad como yo y no usando un andador o metido en un hogar de ancianos”.

Artículo publicado originalmente el 22 de febrero de 2016 y actualizado el 22 de septiembre.

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