¿Caspa o cuero cabelludo seco? Es probable que alguna vez en tu vida te haya surgido esta duda, sobre todo tras las vacaciones de verano. A pesar de lo similares que son ambos problemas capilares, tienen características específicas que los distinguen para así poder poner el remedio específico para cada uno.
Para evitar que se seque demasiado, olvídate de lavarte la cabeza con demasiada frecuencia, ya que este gesto elimina los aceites naturales que tiene el cabello. Además, también es importante que elijas productos capilares que sean respetuosos con la fibra y que hidraten tu melena, así como introducir un cosmético específico para esta zona. Además, debes tener en cuanta que la exposición excesiva al sol también pueden provocar un cuero cabelludo seco, sobre todo si tienes una predisposición genética a la piel seca. Por eso es importante que en verano utilices un protector solar capilar y que te apliques una mascarilla hidratante al menos una vez a la semana.
En resumen: aunque ambos pueden provocar picor y descamación, el cuero cabelludo seco suele ser una molestia puntual y la caspa puede convertirse en un problema a largo plazo. De hecho, es bastante probable que el primero desaparezca lavando la cabeza con menos frecuencia, usando productos hidratantes y evitando los cosméticos capilares que contengan alcohol; mientras que para eliminar la segunda es necesario recurrir a un tratamiento específico, además de incrementar la ingesta de Omega 3, tomar vitamina D y considerar el aceite de árbol de té como aliado.
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