Tarde movida la que vivió ayer Antonio David Flores en ‘Sálvame’. Primero, porque hizo frente a las declaraciones sobre su hija publicadas por la revista ‘Lecturas’ y puestas en boca de Carmen Borrego. Miró a cámara y le advirtió que no le va a pasar ni una más, que tiene cartas de sobra para atacar donde más le duele. Y le pedía que no hablase más de Rocío Flores. Ni de manera directa ni indirecta.
Pero sin duda, lo más desagradable estaba por llegar. Una mujer, Isabel Ávila, se ponía delante de las cámaras para revelar los detalles de una presunta relación íntima con el colaborador estando ya con Olga Moreno. Y si bien Antonio reconocía que sabía quién era, que se conocía de haber coincidido en el mismo local alguna noche, negaba de manera rotunda haberle sido infiel a su mujer.
Esta, siempre discreta desde que comenzó con el ex de Rocío Carrasco, no entró en directo, pero sí habló con la dirección del programa de Telecinco. Lo hizo para cerrar filas en torno a él y para asegurar que, sin pruebas tangibles, ella se posiciona del lado de un marido que nunca le ha dado motivos para dudar.
«Lo veo todo surrealista. Cuando yo estoy trabajando mi marido está con los niños. No hay más», explicaba desde Málaga, desde donde estaba siguiendo todo lo que acontecía en los estudios de Fuencarral en esa tarde. «Hombre, yo no pongo la mano en el fuego por él ni él por mí, las cosas como son«, dejaba caer una mínima duda antes de regresar, de nuevo, a la senda de la fe en Antonio David.
«Durante 20 años hemos estado siempre juntos. Yo confío plenamente en Antonio David, que me traigan alguna prueba y que yo lo vea», añadía antes de pronunciar la frase más contundente de todas: «Creo en mi marido cien por cien, la verdad«.
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