Ha quedado claro que aunque aportemos una ayuda con los cosméticos y tratamientos adecuados, lo que realmente mantiene nuestra piel a flote es la alimentación. Las vitaminas y minerales la ayudan a repararse, regenerarse y mantenerse joven, jugosa e iluminada. El santo grial siempre había sido la A, la C y la E, pero no son las únicas que debíamos tener en cuenta. Junto a ellas también deberíamos anotar la vitamina K.
¿Qué es la vitamina K?
La K es una vitamina que puede dividirse en dos tipos: la K1 y la K2. La K1 podemos encontrarla en verduras como la col rizada o las espinacas y algunos cereales. La K2 está en productos fermentados, en la mantequilla, la yema de huevo, etc. y lo más importante es que nuestro intestino también el que la produce.
Principalmente tiene un poder curativo y antiinflamatorio y, en general, sirve para proteger al organismo, en concreto, el corazón, hígado y huesos. Para que haga efecto, debemos ingerirla.
Beneficios de la vitamina K
Pero hablemos de sus beneficios de forma más concreta. Esta vitamina tiene beneficios desde el exterior hacia el interior.
La vitamina K en la piel
En lo que a la piel respecta, como esta vitamina sobre todo repara, por lo que la ayuda a cicatrizar antes reforzando su barrera natural, o sea, que también la protege. Hace que los moretones se reparen más rápido, por lo que últimamente se ha deducido que podría tener un papel útil a la hora de tratar las ojeras. Pero sobre todo, es importante a la hora de reducir la inflamación y las rojeces, el eccema y curar más rápido el acné. Además aporta hidratación.
La vitamina K en el interior del organismo
La vitamina K es esencial para proteger el corazón y los huesos, produciendo las proteínas que lo hacen. Ayuda a coagular la sangre y regula los niveles de calcio en sangre, lo que evita que se deposite calcio en las arterias previniendo enfermedades cardíacas. Por eso también ayuda a los huesos. De hecho, puede hacerlos más fuertes, evitando roturas. Además, al pasar por el hígado para que las vitaminas sean ingeridas, pues es soluble en grasa, como controla la coagulación, sirve para ayudar con ciertas enfermedades hepáticas.
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