Los esclavos de la secta sexual Nxivm que abrieron los ojos y la sabotearon desde dentro: Me llevó mucho tiempo volver a creer en las personas

Los primeros detalles que la gente conoció sobre NXIVM, la secta que durante décadas tuvo su sede cerca de Albany, Nueva York, fueron los más sórdidos. ¿Cómo Keith Raniere, un antiguo especialista en tecnología informática respaldado por multimillonarias herederas, y aparentemente alimentado por la sociopatía y adicción al sexo, les lavó el cerebro a un grupo de mujeres para que fueran sus esclavas sexuales? Las mujeres eran obligadas a ofrecer detalles humillantes sobre sí mismas para asegurar su lealtad y reserva; sometidas a dietas estrictas sin apenas calorías, marcadas con las iniciales de Raniere y asignadas para tener relaciones sexuales con él; todo bajo la promesa de que el propio Raniere, un autoproclamado gurú, las ayudaría a convertirse en mejores personas.

Mark Vicente, cineasta, y Sarah Edmondson, actriz, ambos ex miembros de NXIVM, tienen una relación complicada con estos sórdidos detalles. Hace varios años, y ya habiendo pasado más de una década de sus vidas en la secta, se dieron cuenta de que habían sido engañados por Raniere. Tras esto, intentaron desesperadamente acabar con la organización y salvar a otros miembros de NXIVM; un viaje desgarrador capturado en la próxima serie documental del canal HBO: The Vow. En un episodio, el equipo decide hablar con la prensa sabiendo que la perturbadora narrativa dominaría todos los titulares. No obstante, lo más importante era que la difusión en los medios crearía conciencia sobre NXIVM, alentaría a otras víctimas a reconocerse como tal y compartir pruebas; así con suerte, se presionaría a las autoridades para que arrestaran a Raniere.

Finalmente, después de que la historia llegara a la prensa, Raniere fue arrestado, acusado y declarado culpable de crimen organizado y tráfico sexual. Sin embargo, los persistentes y lascivos detalles de la organización –pertenecientes a un subgrupo de NXIVM llamado DOS–, son solo un pequeño elemento dentro de una compleja saga.

“El tipo de titular sensacionalista con respecto a una secta sexual no explora con suficiente profundidad lo que sucedió”, explica Vicente a Vanity Fair . “Es mucho más complejo. Entiendo que eso es realmente lo que llamó la atención de tanta gente; es una de esas espadas de doble filo, pues el asunto que cautivó y degradó a muchas personas fue también el mismo asunto que llamó la atención de todos”.

Por teléfono, en otra llamada, Edmondson explica que entendía por qué los titulares sensacionalistas habrían sido necesarios "para que el mundo prestara atención y desmantelara" NXIVM. “Aunque también fue un fastidio porque había mucha gente que no formaba parte de eso y solo parte de [lo que se pensaba que era] un programa de desarrollo personal realmente genial. Si puedes imaginar que la organización tiene capas, las personas de las capas externas solo estaban trabajando en sus objetivos y tratando de vivir sus mejores vidas. Era cuanto más te acercabas al centro, al propio Keith, donde estaban sucediendo las cosas sexuales; donde estaban ocurriendo los abusos de poder".

Pero mostrar al mundo los matices de NXIVM no fue la razón principal por la que Vicente y Edmondson decidieron abrirse por primera vez ante una cámara junto a los cineastas nominados al Oscar Jehane Noujaim y Karim Amer (The Square ); su mayor e inicial motivación, señala Vicente, fue el "instinto de supervivencia personal".

“Empecé a entender lo que nos podría llegar a pasar”, expresa Vicente, recordando su decisión de dejar aquella organización tan bien respaldada. “Tenían mucho dinero, mucho poder, entonces llegue a la conclusión: ‘Oh, nos van a incriminar por un montón de cosas”. Vicente y Edmondson hablaron con algunos desertores que habían pasado por demandas muy costosas y habían sufrido aterradoras tácticas de intimidación; otro exmiembro, que había huido de la organización en medio de la noche y vivía encubierto desde entonces, solo se comunicaba con ellos a través de teléfonos desechables. “Me di cuenta de que tenía que documentar todo porque si el plan fracasaba o si nos daban una puñalada por la espalda, entonces, tenía que tener algún tipo de prueba de lo que realmente estábamos intentando hacer”, revela Vicente.

Cuando Noujaim y Amer pusieron en marcha sus cámaras, tampoco estaban pensando en hacer una serie documental. Noujaim –graduada de Harvard, ganadora del premio TED en 2006 por su trabajo en Control Room– había tomado un curso de cinco días con NXIVM convencida por Sara Bronfman, heredera de Seagram y Vicente, miembro de NXIVM.

“Diría que estaba en lo más alto de mi carrera cuando hice el curso”, dice Noujaim. “Tenía grandes preguntas en mi vida, pero veía el curso como una manera de reflexionar durante mi proceso de toma de decisiones. Las personas que conocí allí eran altos directivos en bufetes de abogados, ejecutivos de éxito, artistas y actores. Al final del día, todos tenemos las mismas preguntas: ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Pertenezco a una comunidad? ¿Soy una buena persona?"

Cuando Noujaim dio una fiesta por su graduación, a ella y Amer les resultó extraño que Vicente no asistiera a dicha celebración, pues fue él quien animó a Noujaim a tomar el curso. Cuando lo vieron unas semanas después, "parecía extremadamente angustiado y comenzó a contarnos lo que estaba pasando", comenta Amer. La esposa de Vicente, Bonnie Piesse , también ex miembro de NXIVM, cortó todo tipo de lazos con la organización después de sospechar las intenciones siniestras de Raniere; Vicente se había dado cuenta de que la causa a la que dedicó más de una década era una mentira.

“Todo parecía desmoronarse ante nuestros ojos”, explica Amer. “Gente a la que considerábamos amigos; gente amable en Los Ángeles, de repente hablan de la marca, las mujeres y una sociedad secreta. No sabíamos qué era, pero nos aseguramos que todo quedara documentado porque no entendíamos lo que estaba sucediendo… Eso nos llevó a una búsqueda incansable donde más y más personas se involucraron en esta misión. Nunca nos imaginamos que íbamos a hacer una serie con múltiples perspectivas".

Cuando finalmente decidieron convertir su largometraje en una serie documental –recién estrenada en HBO–, habían tomado la decisión de marcar una diferencia en comparación con otros documentales sobre sectas.

“Lo que teníamos eran todas estas imágenes y grabaciones de nosotros mientras descubríamos la verdad sobre NXIVM”, dice Edmondson. "Sabíamos que teníamos algo muy único e importante". Edmondson sintió que era su deber compartir su historia con el mundo. “Siento una tremenda responsabilidad de seguir arrojando luz a temas que se discuten, no solo lo referente a las sectas, sino también en cuanto al abuso de poder en organizaciones, religiones y relaciones… Con suerte, impartiré la sabiduría que aprendí a otras personas, para que no tengan que pasar por una experiencia como esta".

Vicente es cineasta y no estaba interesado en aparecer él mismo en pantalla. Sin embargo, entendió el valor de contar la parte de la “historia de la secta”, que a menudo se deja fuera de los documentales: el complicado proceso de estructuración entre el abusador y la víctima.

“No es como si la gente fuera a decir: ‘Oh, esto es una secta sexual. Genial, estoy dentro. Quiero ser coaccionado. Quiero que me chantajeen. Quiero ser marcado con hierro candente”, expresa Vicente. “Eso fue lo último que pasó por la mente de alguien. A gente realmente buena le mintieron, la coaccionaron y la chantajearon ".

“Hay todo un proceso”, continúa. “Si miras una relación abusiva, por ejemplo, en la que un hombre está abusando de una mujer… no solo dice: ‘¿Puedo abusar de ti?’ Hay un proceso de preparación y manipulación que se prolonga. Hay gestos de amor, humillación y formas de hacerlas sentir culpables. Todas estas cosas ocurren en este tipo de relaciones. Al final la mujer se siente atrapada, como si no pudiera irse. Pero esto no comenzó para ella como abuso. Comenzó cuando sintió que esta persona era el amor de su vida. Y digo esto porque he conocido a varias personas que han pasado por ese tipo de relaciones, y he visto la correlación entre esas relaciones personales y este tipo de organizaciones. Es muy similar".

Noujaim y Amer estaban decididos a exponer ese "cortejo" –representar cómo los miembros de NXIVM se enamoraban de Raniere y exponer su discurso de “buenas intenciones”– para mostrar al público cuán profundos eran los vínculos.

“Sintieron esta inmensa y ofensiva traición”, cuenta Amer de sus amigos. “Traición de la organización, de Keith Raniere, de otras personas ytraición por parte de sí mismos, porque muchos de ellos sentían que no podían confiar en sí mismos si se habían equivocado en esto… Sentimos que era un recorrido muy importante de documentar; pero para poder hacerle justicia, tienes que vivir la historia de enamorarte también. Porque como en todas las historias de traición, no se puede comprender el dolor sin comprender el amor".

The Vow se diferencia de la mayoría de los documentales sobre sectas y cultos en que se centra en las historias de las víctimas. "Mark Vicente comienza la historia viendo a Keith como Yoda, y luego termina viéndolo como Darth Vader", expresa Amer. "Estamos interesados en cómo sucedió eso".

The Vow logra proyectar un retrato reflexivo sobre los ex miembros de NXIVM; sus recorridos se vuelven caminos que terminan destruyendo cualquier idea errónea, entre ellas que los miembros de la secta estaban perdidos, no eran inteligentes o sucumbían ante el simple hecho de ser atraídos por un líder carismático.

Vicente añade: “La gente ha dicho, ‘Oh, entonces esto debe de haberte destruido de alguna manera’. Y yo estaba como: ‘No, mi vida ha sido increíble, mi carrera ha sido increíble. Estaba consiguiendo grandes cosas”.**

El común denominador entre él y otros miembros de NXIVM, determinó Vicente más tarde, era el idealismo.

“Creen en ser mejores personas, en que el mundo sea un lugar mejor”, apunta Vicente. “Y como no entienden lo abusivas que son estas cosas, y no entienden que estas personas mienten, creen lo que dicen al pie de la letra. Piensan: ‘Oh, me ayudarán a hacer del mundo un lugar mejor”.

En esta etapa de su vida, con NXIVM ya en el pasado –aunque sus efectos emocionales todavía están muy presentes–, Vicente revela: “Me llevó mucho tiempo volver a creer en las personas y en la bondad… Tres años luchando por encontrarla de nuevo. Puedo decirles ahora que vuelvo a creer en ello; vuelvo a creer en las personas, pero soy extremadamente cauteloso".

Edmondson todavía está tratando de encontrar un lado bueno a la experiencia, y tiene la esperanza de que The Vow resulte ser uno de esos hallazgos.

“Es demasiado horrible para pensar realmente en: ‘Oh, perdí todos mis 30 años en un grupo controlador», dice. “Tengo que pensar: ‘Bueno, al menos lo eliminaste y ayudaste a la gente. Tengo que aferrarme a eso. Espero que (los espectadores) adquieran la sabiduría que todos logramos. Espero que puedan comprenderla, tenerla en cuenta, seguir adelante con sus vidas y ver las banderas rojas antes que nosotros y evitar caer en una situación como esa. No solo con las sectas… los sociópatas narcisistas existen y están en todas partes. Son muy peligrosos y si no sabes cómo son, puedes dejarte engañar fácilmente por su encanto, su visión y puedes abandonarte; no quiero que la gente tenga que hacer eso".

Artículo publicado originalmente en Vanity Fair y traducido por Manuela Salazar. Acceda al original aquí.

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