Si algo tienen en común las vacaciones de las celebrities pero también las de la gente anónima es que este año, tras la pandemia, las vacaciones de interior y aquellas en plena naturaleza han ganado adeptos. Lejos de las aglomeraciones de las ciudades y de las playas más famosas, muchas personas han buscado destinos tranquilos, donde desconectar del estrés vivido en los últimos meses y minimizar el riesgo de contagio.
Chiara Ferragni se ha apuntado a esas vacaciones de naturaleza sin abandonar su país, Italia, poniendo rumbo a la isla de Cerdeña y escogiendo un hotel boutique lleno de encanto. Se trata de L’Agnata Di De Andrè, un alojamiento situado al norte de la isla, a poco más de una hora de la turística Porto Cervo.
Situado en la región de Gallura, su nombre ya es toda una declaración de intenciones: agnata significa ‘rincón escondido al abrigo del viento’ y cuenta con una bonita historia. Esta casa solariega fue, a mediados de los 70, el hogar del famoso cantautor y poeta italiano Fabrizio De Andrè. Convertido en hotel boutique, el espíritu de aquella época sigue presente en muchos de sus rincones.
El hotel está dividido en dos estructuras arquitectónicas distinguidas. La nueva estructura consta de ocho habitaciones y un acogedor rincón de lectura independiente con una majestuosa chimenea que da la bienvenida. Mientras, la estructura antigua conserva su aire señorial con restaurante en la planta baja, una terraza con vistas al jardín, biblioteca, comedor y dos habitaciones en el primer piso.
Una de sus señas de identidad es su fachada, completamente cubierta por enredaderas, que se mimetiza con el paisaje, un sinuoso escenario de colinas donde el verde manda. En el interior, una cuidada decoración permite recrear un ambiente cálido y acogedor, haciendo veraz la sensación de sentirse como en casa.
Mención aparte merece la piscina, un verdadero oasis integrado en la naturaleza y con las mejores vistas que hacen de ella un idílico lugar en el que disfrutar de un agradable baño en sus aguas turquesas y entregarse después a un rato de lectura o simplemente de descanso en una hamaca, contemplando sin prisas el entorno.
La gastronomía no decepciona, como no podía ser de otra manera. Lo mejor de la cocina sarda está bien representado en la carta del restaurante, a través de platos sencillos y auténticos con los mejores ingredientes de los productores locales. Entre sus propuestas, una tabla con los embutidos y quesos típicos de la isla, la zuppa gallurese hecha con pan duro y queso rallado, pasta fresca casera, cochinillo o cordero asado con patatas al romero y postres de la zona.
Un auténtico paraíso natural, lejos de los enclaves más concurridos de Cerdeña, donde la desconexión y la tranquilidad están asegurados, y un lugar perfecto para descubrir esta zona menos conocida.
Fuente: Leer Artículo Completo