QUÉ HA PASADO
• Hazar despierta del coma y acusa a su yerno.
• Azize provoca a Reyyan.
Mientras Miran ve cómo su esposa se aleja de él por la mentira de su suegro que lo culpa del accidente, en la habitación del hospital Zehra tranquiliza a Hazar: “Hemos hecho lo correcto. Separarlos es la única manera de proteger a nuestra familia”. La mujer se muestra implacable ante el sentimiento de culpa de su esposo, a quien amenaza antes de la entrada de su hija y su yerno en el cuarto: “Aunque fuera Elif quien te empujó, dirás que ha sido Miran. Si no, me llevaré a nuestros hijos y no los verás más”.
Ilusionada por la noticia de la recuperación de su padre, Gül va a visitarlo. “¡Qué bien que te hayas curado! Te lo pedí en mis plegarias y has cumplido. Todo el mundo debería aprender de tu sinceridad”, le agradece la niña delante de toda la familia, despertándose de nuevo en él la culpa.
En la mansión Sadoglu se alimenta la sed de venganza contra los Aslanbey, y Nasuh ve clara la solución sin tener que llegar a las manos: “Agilizaremos el matrimonio entre Azat y Elif ”. Al escucharlo, el primo de Reyyan se rebela: “No me casaré con ella. Una chica inocente no debe pagar por los pecados de otros”.
Reyyan y Hazar siguen preocupados por la carta
Hazar habla con su hija mayor de la carta perdida y se da cuenta de que ella sabe de su existencia “¿La leíste?”, pregunta esperanzado. “Era de Dislah y nos habría salvado a todos”, lamenta después de saber que una enfermera habló a Reyyan de la misiva pero que ella nunca la encontró. Lleno de ira, Miran llega al palacio Aslanbey y se enfrenta a su familia: “Me acusan a mí, pero fue otra persona de aquí y se oculta. Necesito saberlo ¡Me han robado el amor de mi vida!”.
En un rincón del patio, Elif se desmaya. Al despertar y ver a su primo, siente el impulsode confesarle la verdad, pero a quien acaba revelando el secreto es a su tía Sultán: “Yo no quería hacerlo”.
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