Parece que, poco a poco, la industria de la moda empieza a recuperar el ritmo. Tras el parón obligado por la pandemia desde el mes de marzo, que coincidió con el fin de la semana de la moda de París, estos han sido unos meses turbulentos, en los que las firmas han trabajado desde el confinamiento sin descanso y cuyos resultados estamos viendo despegar en estos días. Desde el arranque de la primera semana de la moda digital de Milán hasta la celebración de la alta costura, eso sí, bajo nuevos formatos.
Uno de los grandes acontecimientos del sector tuvo lugar anoche gracias a Dior. Se trataba de la presentación de su colección crucero 2021, cuya puesta en escena en años anteriores siempre había estado a la altura de los estándares de la casa francesa fundada en 1947 pero cuya continuidad parecía en entredicho dadas las condiciones actuales. Pero lejos de achantarse, en Dior decidieron continuar con los planes y abanderar así con su colección un espíritu de resiliencia y optimismo tan necesario hoy para la moda.
“Durante este periodo, he querido darle una nueva dimensión al esfuerzo colectivo. A pesar de los inconvenientes de la distancia, el hecho de ver nuestra vida cotidiana desde una perspectiva diferente nos ha aportado fuerza e imaginación”, afirma Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la firma. Su intención con este proyecto era reconectar su pasión creativa con su queridísima región de Apulia, de donde es originario su padre, decidida a explorar sus raíces en La Apulia y las diversas energías, donde se perpetúan creencias mágicas como el tarantismo.
La colección es una obra coral que rinde homenaje a la memoria, los valores, la cultura y el futuro de la artesanía excepcional. Los tejidos de la fundación Le Costantine se usan en una serie de chaquetas, incluida la emblemática chaqueta Bar, en una expresión experimental del savoir-faire ancestral. El lema de este lugar único, “Amando e Cantando”, podía verse tejido en la parte trasera de algunas de las faldas.
El artista Pietro Ruffo ha imaginado un campo repleto de espigas de trigo que evoca un paisaje estival y se hace eco del icónico vestido Miss Dior bordado con flores, diseñado por Christian Dior. Una narración de la naturaleza salvaje que se plasma en vestidos largos de algodón ligero, camisas y pantalones cortos. Mediante la composición de una escritura simbólica, Ruffo ha creado cinco dibujos de flores adornados con proverbios tales como “Les parfums sont les sentiments des fleurs” (Los perfumes son los sentimientos de las flores).
Maria Grazia Chiuri también deseaba rendir homenaje a los Luminarie, que engrandecen y subliman las plazas y los monumentos con su luminosa arquitectura. Esta obra ha dado vida a un motivo figurado que aparece en los pañuelos multicolor y se evoca en los adornos calados y bordados. La artista Marinella Senatore, cuya comprometida labor rinde homenaje al arte participativo, ha sido la encargada de reinterpretar estas iluminaciones. Esta colección es un ejemplo de la inteligencia colectiva que la directora creativa defiende fervientemente, combinada con el poder extraordinario de los ritmos y los rituales, la música y la danza, como formas de superarse a uno mismo.
La colección fue revelada, entre poesía y magia, a puerta cerrada en la emblemática Piazza del Duomo, en el corazón de Lecce, Apulia y abarcó temas como la moda, la artesanía tradicional y el arte contemporáneo comprometido. Las siluetas aparecieron en medio de una escenografía hechizante, iluminada por el hipnótico resplandor de las luminarie, caprichosas instalaciones tradicionales de luz, reinterpretadas por Marinella Senatore. La artista eligió frases reivindicativas construidas con luces que decoraban el set y que irradiaban empoderamiento feminista, un movimiento al que Dior se ha sumado para dar voz desde sus últimos desfiles. Le désir est révolutionnaire car il cherche ce qui ne se voit pas; We rise by lifting others; La différence pour les femmes est des millénaires d’absence de l’histoire; Be a builder of unguilt…eran algunas de las frases en inglés, francés e italiano que podían leerse. A través de su obra, la activista, originaria de la región de Salerno, explora la importancia de la acción colectiva a la hora de compartir, transmitir y cuestionar la historia, y descompone las estructuras y asimetrías sociales. En ocasiones, sus creaciones in situ incluyen a poetas, bailarines y músicos, y están concebidas como actuaciones inclusivas que revelan la riqueza del tejido cultural local.
En el caso de este desfile, se pudo disfrutar del espectáculo único coreografiado por Sharon Eyal, orquestado por Paolo Buonvino (que dirige a músicos de la Orchestra Roma Sinfonietta y de la Orchestra Popolare de la Fundación Notte della Tarante) y una actuación sin precedentes de la voz y el piano de Giuliano Sangiorgi. Una oda a la celebración, la convivencia y la joie de vivre, así como a los mágicos ritos populares preservados por los habitantes y artesanos de Apulia.
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