En Traveler.es ya nos avisaban, hace unos meses, del atractivo del valle de Liébana, entre las cumbres de la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa. A este lugar recóndito se puede acceder en la actualidad desde tres puntos de España, pero antes de convertirse en uno de los destinos predilectos de los amantes de la naturaleza y la escalada, era un territorio aislado durante el invierno.
En el centro del valle se encuentra Potes, con el río Deva y sus robles, castaños y hayas como protagonistas. Además, sus laderas están repletas de vides; de hecho, este es un enclave importante para los que disfrutan con los orujos. También allí son célebres los quesucos o el cocido lebaniego, similar al madrileño.
Quizás por todo esto, esta localidad cántabra se alzó como ganadora con el 25,9% de los votos emitidos dentro del concurso realizado por el portal de viajes Escapada Rural. Potes competía, junto a otros 205 candidatos, por un título, que hace un año ostentó Sigüenza, en Guadalajara. El segundo premio en esta ocasión se lo llevó Guadalupe, en Cáceres, y el tercero fue para Rascafría, en Madrid.
Potes es conocida como la villa de los puentes y de las torres, en donde además confluyen cuatro valles. Pero la naturaleza no es su único fuerte: sus callejuelas y sus casas lo convierten en un destino muy atractivo para descansar durante unos días y alejarse del ruido habitual que puebla nuestras cabezas.
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