QUÉ HA PASADO
• Toni es acusado de haber intentado matar a Mateo.
• Emilio Bremón averigua que Karim no es un terrorista.
• Nico pide ayuda a Miguel para alejarse de Rojo.
Mateo continúa luchando por su vida en el hospital. Su situación es crítica y los doctores avisan a la familia de que las próximas horas serán cruciales. “Aunque la bala no rozó ningún órgano interno, su estado es delicado”, informan.
Estas noticias llegan hasta los oídos de Rojo, que preocupado porque el cirujano sobreviva a su intento de asesinato ordena a Andrés que vaya a la clínica y lo mantenga al tanto de su evolución. “Si ves que se recupera, vas a inyectarle un veneno que finalmente terminará con él. Soy perfeccionista y no me gusta dejar cabos sueltos”, asegura el criminal.
Por su parte, el sospecho del atentado está en prisión. Allí, recibe la visita de Paula, que duda de que fuera él quien atacara a su progenitor. “¿Disparaste a mi padre? Me resulta imposible creer algo así porque te conozco”, comenta la muchacha. Sin embargo, su fe inquebrantable en el chico se desmorona cuando la policía confirma que sus huellas están en la pistola usada.
Esta prueba no es suficiente para que Verónica deje a su joven novio y pelea por demostrar su inocencia. Ni siquiera una discusión con Santiago, que la acusa de destruir la vida de su hijo, la detiene.
Lejos de allí, Karim ha vuelto a la investigación de una banda yihadista en España, cuando aparece un nuevo terrorista al que seguir en el horizonte: es alemán y se llama Darko. Esta vez, no piensa permitir que se le escape.
A la vez, aparece en comisaría una mujer de nombre Maite Castillo. Es árbitro de fútbol y ha sido agredida por los hinchas de un equipo. “Creo que no quedaron muy contentos con mi actuación en el último partido”, explica a los oficiales. Tras mucho pensarlo, vence su miedo y se decide a denunciar formalmente a aquellos que la golpearon: “Se lo debo a muchas otras compañeras que han sufrido lo mismo que yo”.
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