Era octubre de 2016 cuando la noticia saltaba a los medios de comunicación. Alba Carrillo se había enamorado. Hasta ahí, todo normal. Las complicaciones en la historia comenzaban al conocerse la identidad de él: Javier Hernanz. El piragüista olímpico, por entonces, mantenía un (aparente) sólido noviazgo con la nadadora Mireia Belmonte.
Todas las partes se encargaron de negarlo a ojos de la opinión pública. Se desmintió la crisis entre los dos deportistas españoles y se corrió un tupido velo que, ahora, la modelo se ha encargado de descorrer. Ha sido en la casa de ‘GH VIP 7’ donde Alba ha dado el bombazo de que, efectivamente, mantuvo un ‘affaire’ con Hernanz.
La modelo ha contado que se conocieron en una sesión de fotos y que ella enloqueció por él. También, que quedaron en varias ocasiones, pero que la relación no fue a mayores. Y da un detalle que a Mireia no le va a hacer ni pizca de gracia: «Cuando ella estaba recogiendo su medalla, él estaba cenando conmigo«. Se refiere, claramente, a los Juegos Olímpicos que encumbraron a la catalana…
Esta asegura que Javier le mandaba cajas de pasteles a casa y que en la tapa de estas aparecía la cara de él. «Yo no sé como Feli no se dio cuenta. Cuando me divorcié me volví loca por él, pero yo le decía que tenía que dejar a su novia», detallaba.
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