El Arrebato: «Me casé de penalti, todo lo he vivido muy joven’’

El Arrebato, Javier Labandón, es un rayo de luz, no solo porque la sonrisa sea su mejor carta de presentación, también porque irradia optimismo, lo que no quiere decir que no haya tenido contratiempos en su vida; lo bueno es que a él le enseñaron a afrontarlos desde niño. Padre de cuatro hijos, dos chicos y dos chicas, tuvo la valentía de cogerse un año sabático para estar con su familia, ya que tenía claro que quería ser un padre que canta, y no un cantante padre a tiempo parcial.

Para celebrar sus 20 años en la música, ha sacado un nuevo disco ‘Abrazos’ que, como todos los suyos, habla del amor, de Rocío, su mujer, que es según me comentó: la responsable de sus éxitos. Un disco en el que comparte protagonismo con grandes cantantes como Miguel Poveda, Pastora Soler, etc.

El cantante sevillano concede su entrevista más sincera a nuestra colaboradora, Rosa Villacastín, y esto es lo que le cuenta. ¡No te lo pierdas!

¿Cómo prefiere que le llame: Javier, Arrebato…?

Desde pequeño la familia y los amigos me llaman Javi; Arrebato es el nombre por el que se me conoce profesionalmente, era mi abuela la que me decía que era el arrebato de su vida porque era muy travieso y la tenía ‘arrebatá’: de ahí, El Arrebato.

¿Le han dicho que debería patentar su sonrisa?

La heredé de mi madre, que siempre estaba sonriendo, y todos los recuerdos que tengo de ella son con la sonrisa a flor de piel.

¿De qué murió?

De Alzheimer, con setenta años, aunque yo la perdí más joven, porque llevaba siete u ocho años que ya no nos conocía.

¿Y usted a quién se parece?

De mi madre he heredado el buen talante, el carácter, coger el lado positivo de las cosas, ver las soluciones, no los problemas. De mi madre también he heredado la afición por cantar, porque aunque cantaban los dos, mi madre cantaba mejor que mi padre. Le gustaba mucho la copla, pero sobre todo escribir: cogía una canción, le cambiaba la letra y la adaptaba a lo que quería decir, pero rimando.

«Tenía 18 años cuando conocí a mi mujer pero desde que la vi tuve claro que la quería para siempre»

¿De su padre qué ha heredado?

Era más intelectual, le gustaba mucho leer, y eso lo he heredado de él. Nosotros somos ocho hermanos, yo soy el pequeño. A veces pienso que al criarme en un entorno tan familiar, tan unido, con tantos hermanos, sentí mucho el gran vacío que dejó mi padre al morir cuando yo tenía 12 años. Un vacío que se acrecentó cuando mi madre empezó a sentir los primeros síntomas de su enfermedad, y eso es lo que llevo toda la vida intentando superar. Es la razón por la que ahora disfruto tanto con mis hijos, con mi mujer, con mi propia familia.

En alguna ocasión ha dicho que Rocío, su mujer, es la responsable de sus éxitos.

Sí, porque es una mujer con mucho temperamento, con un corazón grandísimo, que cuando está contenta es una bomba, pero cuando está enfadada más vale salir corriendo. Bueno, yo creo que las mujeres en general sois más valientes que los hombres.

¿Lo dice con conocimiento de causa?

Reconozco que con mis hijos soy un poco blando, me cuesta regañarles o decirles que no, me ocurre igual con la gente, que no sé decir que no. En cambio Rocío, es todo lo contrario, así nos complementamos.

¿Qué le enamoró de su mujer?

Yo tenía 18 años, éramos muy jóvenes cuando nos conocimos, pero desde que la vi tuve claro que la quería para siempre. Era guapísima y lo sigue siendo, pero lo que me enamoró es que por dentro es tan bonita como por fuera, que tiene un corazón de oro y una vida interior muy intensa. A su lado soy capaz de conquistar el mundo.

¿En qué momento fue consciente de que había triunfado?

Estoy seguro de que no fue cuando me llegó el primer triunfo, sino cuando tuve mi primer éxito musical, hace unos seis o siete años: es el momento en el que siento que tengo que parar porque sentía que me estaba desarraigando, que el barco me llevaba a la deriva.

¿No saboreaba lo que había conseguido?

Exactamente, me sentía lejos de mi familia, porque me perdía cumpleaños, fechas señaladas, momentos que no se iban a volver a repetir. Entonces se me encendió una luz roja que me decía: cuidado… Necesitaba parar. Me cogí un año sabático.

¿Para hacer qué?

Para estar con los míos, con mis hijos, con mi mujer.

¿No sintió que podía perder lo que había conquistado?

Tenía cosas más importantes que arreglar, y se arreglaron. Es cuando me di cuenta de que también necesitaba la música, porque es la que me ayuda a desconectar.

«Ahora me emociono con cualquier cosa, tengo la sensibilidad a flor de piel»

Menudo dilema, familia o trabajo.

Se trataba de dosificarme, manejar yo el barco y no que el barco me manejara a mí. Y acerté porque gané una batalla importante.

¿Le mereció la pena?

Es la primera pregunta que me hice, si me merecía la pena, pero como tuve un año para analizarme, me di cuenta de que había triunfado profesionalmente, que había conseguido mucho más de lo que nunca soñé. Sobre todo me di cuenta de que soy muy querido dentro y fuera de la profesión.

¿Sabe que tiene una forma de ser especial?

Es algo que siento y lo noté más durante ese año, porque nada hay más bonito que ser querido por la gente, por el público, y no te digo ya en tu propia casa: eso es el no va más.

Para celebrar sus 20 años en la música saca nuevo disco, ‘Abrazos’, que resume su filosofía de vida.

Sí, sí, porque a veces tengo la impresión de que la gente da abrazos muy ligeros, mientras que los míos son intensos porque me gusta que hablen los corazones al tiempo que te abrazan. Es lo que ha sido mi vida, he ido de abrazo en abrazo, algunos de celebración y otros de refugio donde consolarme.

¿Llorón?

Cada vez más, quizá porque he llorado muy poco, ahora me emociono con cualquier cosa, tengo la sensibilidad a flor de piel.

¿Es por lo que le canta al amor?

Yo no compongo premeditamente, yo cojo la guitarra y empiezan a surgir canciones sobre algo que he visto, pero no me preguntes por qué. A veces pienso: voy a componer una canción y no me sale, o me sale otra, es como si me empujaran hacia otra cosa, y es que canto desde dentro. Es desde esa espontaneidad desde donde salen las letras de mis canciones.

Es muy imaginativo.

Antes lo era más, componía sobre historias que no había vivido, pero con el tiempo me siento mejor si compongo sobre cosas mías. En este disco me acompañan Miguel Poveda, Pastora Soler, India Martínez, Rosana, Antonio José, Abraham Mateo, cantantes amigos, ya que de lo que se trata es de celebrar mi 20 aniversario con amigos.

¿Qué siente cuando otros cantan sus canciones?

Es muy bonito, porque las canciones cobran una dimensión distinta.

¿Hay diferencia entre el cantante y el compositor?

Yo soy cantautor, y creo que soy mejor compositor que cantante, pero si lo que he compuesto lo canta una voz prodigiosa como Poveda, Soler o Antonio José, me encanta.

«Me di cuenta de que quería ser un padre que canta y no un cantante que es padre»

¿Cómo se conocieron?

En su barrio, Rocío era la niña de la que todos estaban enamorados. Yo no creí que estuviera a mi alcance ni que se fijaría en mí. La veía en las veladas (las verbenas en Sevilla), hasta que tuve la suerte de encontrármela varias veces en esas tres semanas.

¿Surgió el flechazo?

Me costó casi un año, porque era muy dura, y lo vivimos, como dice Simeone, partido a partido. Yo me levanto hoy por la mañana, la veo, la elijo y ella me elige a mí, no sé, es como conquistarnos día a día.

¿Cuál es el secreto de su relación?

El amor no se rueda, se riega, hay que alimentarlo, porque en todas las relaciones hay momentos malos, y cuando eso ocurre, hay que echarle amor.

¿Qué supuso la paternidad?

Siempre digo que soy un padre que canta, tengo cuatro hijos, dos chicos y dos chicas, y cuando nació mi niña Rocío, que es la tercera, tras los dos varones, me hizo mucha ilusión porque siempre había querido tener una niña. Fue cuando me di cuenta de que quería ser un padre que canta y no un cantante que es padre.

¿Lo ha conseguido?

Mi familia, mi gente, es el éxito de mi vida, nada es comparable a compartir con ellos momentos irrepetibles. Y te voy a contar otra cosa. Soy abuelo, precisamente de mi hija Rocío.

Va camino de convertirse en bisabuelo.

Ya te digo, y estoy tontorrón… Los dos mayores ya vuelan solos, en ‘Abrazos’ cantan conmigo una canción, la 14, en la que hablo de eso, de que si me pierdo algún día, ya saben dónde tienen que buscarme.

¿Han heredado su vena artística?

Sergio, el segundo, se parece un poco más a mí pero a su manera porque él canta rumbas. Javi es el mayor, Nerea la pequeña y Rocío la tercera, todos vivimos en el mismo bloque. Ten en cuenta que yo me casé de penalti. Yo todo lo he vivido de muy joven, por circunstancias de mi casa.

«Mi familia, mi gente, es el éxito de mi vida, nada es comparable a compartir con ellos momentos irrepetibles»

¿Cómo se lo tomó su familia?

Bien, la gente de mi barrio es la que no daba un duro por nosotros, porque éramos muy niños, y económicamente no estábamos muy bien, nuestras familias eran muy humildes, pero mira, aquí estamos.

Ha compuesto el himno del Sevilla.

Fue algo que nunca pensé que pudiera tener trascendencia. Me decía mi mánager de entonces: no te puedes posicionar. Yo ya era muy popular con canciones como ‘Búscate un hombre que te quiera’, pero qué va, hasta los béticos me felicitan.

Siempre las dos Españas.

Yo soy del Sevilla y siempre que puedo voy al campo porque soy muy futbolero, mi padre lo era y me lo metió en vena.

Y la política, ¿le interesa?

De unos años acá he dejado de creer en los políticos, estoy desengañado con todos.

¿Algún partido le ha hecho proposiciones deshonestas?

No, sí me han llamado para que actuara en sus campañas electorales, pero siempre digo que no, porque creo que con la política no deberíamos ser tan fanáticos como con el fútbol. Hay que mirar más los programas, las propuestas. Hay que reflexionar antes de meter la papeleta.

¿Cómo lleva la gira?

Muy bien porque ha coincidido con la aparición del disco. Estaremos más o menos año y medio de gira.

¿Qué público va a sus conciertos?

La media está entre los 35 y 50 años, después los hay jóvenes y mayores, con las redes sociales el campo se ha ampliado mucho.

«Como los de mi generación, voy aprendiendo en el tema de la igualdad»

Tiene un look muy innovador. ¿Cuándo empieza a utilizar el turbante?

En realidad me lo ponía en los conciertos para evitar que el pelo me tapara la cara, y ahora lo utilizo a todas horas.

¿Cómo lleva en casa el tema de la igualdad?

Como todos los de mi generación voy aprendiendo poco a poco. Yo recuerdo que mi madre no podía entrar sola en un bar: todo eso ahora parece una locura pero es como yo me he educado. Ha sido un cambio muy grande, pero soy una persona con una mente muy abierta.

¿A sus hijos les ha educado igual a los chicos que a las chicas?

Sí, pero a las chicas las he mimado más, lo reconozco.

Mi foto favorita

«Esta foto en la que estoy con mi mujer, Rocío, hace que me sienta un afortunado de tenerla a mi lado».

¿Quién es El Arrebato?

Nació. En Alcalá de Guadaira, Sevilla, el 1 de septiembre de 1969.

Inicios. Comenzó su carrera artística en 1985, y la discográfica tres años después,con el grupo Piel Morena. Con ellos cosechó grandes éxitos hasta que se disolvieron. El Arrebato envía una maqueta a Dioni, el integrante de Camela, quien a su vez, la reenvía a EMI, que apostó por él.

Trayectoria. Graba su primer disco ‘Poquito a poco’ con gran éxito, comenzando así una carrera imparable. Ha conseguido varios multiplatinos, elegidos por votación popular, así como Disco de Oro, situándose como uno de los grandes de la música española. Es el autor del Himno Oficial del Centenario del Sevilla, que se ha convertido en un emblema y ejemplo de su talante popular. Acaba de lanzar su último álbum, titulado ‘Abrazos’, en el que han participado grandes artistas españoles: un homenaje a sus 20 años de carrera.

Familia. Casado con Rocío, su novia de siempre, la pareja tiene cuatro hijos, dos chicos y dos chicas, y un nieto.

Fuente: Leer Artículo Completo