«Están en diferentes páginas«. Esa es la peculiar manera con la que un amigo cercano a Kim Kardashian y Kanye West ha definido en ‘US Weekly’ en qué punto está el matrimonio. La pareja estaría viviendo, dentro de la misma relación, puntos diferentes, y la cuarentena ha servido para que esas fisuras se hayan manifestado de manera más evidente. También para que hayan decidido trabajar en ello con el fin de arreglarlo y que la distancia no pase a mayores.
El primer punto de fricción parece ser que el ritmo de sus rutinas está desacompasado. «Ella se levanta temprano y hace ejercicio y él se levanta tarde«, confiesa esa fuente. Un panorama que ha permitido que, mientras que Kim ha podido seguir avanzando en su trabajo, ha llevado al rapero a que se estanque.
Esto a llevado a que se sienten cara a cara y ella le pida que le eche una mano. Que haga un esfuerzo por implicarse en el día a día de la casa. Y habría funcionado. El confidente asegura que este espacio para el diálogo ha permitido que estén bien entre ellos y que Kanye entienda que debe llevar otro ritmo para serle útil a su mujer, que no ha parado de trabajar ni un instante durante todo el aislamiento. Un esfuerzo para que «asegurarse de que Kim tenga algo de tiempo para sí misma y relajarse».
Porque Kim «necesita un poco de espacio de Kanye». Tener ese tiempo para ella y que él se ocupe de tareas que les competen a ambos y que habría descuidado. «Ella está tratando de ser una gran madre, enfocarse en sus estudios de Derecho y sus compromisos laborales. Es difícil hacer todo esto sin que Kanye ayude tanto como pueda».
Por el momento, West se ha comprometido a hacerlo. Veremos si dura. Kim se ha echado a los hombros una cantidad importante de trabajo y le necesita para poder continuar y que la relación entre ellos no zozobre.
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