Cuando entablas una relación sentimental con un miembro de la realeza sabes que desde el momento que se haga pública la prensa va a escribir día sí y día también sobre tu vida. Y no siempre noticias agradables. Lo que ya es más complicado de sobrellevar es que sigan haciéndolo después de que hayas roto con el royal de turno. Y aunque Cressida Bonas no ha sido especialmente atacada por los tabloides desde que dejó de ser la novia del príncipe Harry, sí hay algo que le molesta sobre el tratamiento que todavía hoy hacen los medios de su figura.
Aunque la británica nunca ha tenido una mala palabra para su expareja, de hecho fue invitada a su boda con Meghan Markle; a Bonas se le ha quedado clavada una espinita de aquellos años en los que estuvo relacionada con el nieto de Isabel II.
En concreto, que todavía hoy se sigan refiriendo a ella como una ‘it girl’. Una etiqueta que aceptó con resignación los dos años que duró su romance con Harry pero que ahora, casi siete años después de su ruptura, ya no tiene sentido para ella.
“Creo que usar etiquetas como esa son de tener la mente muy estrecha. Yo he trabajado muy duro toda mi vida. Me encanta lo que hago y solo espero que este papel demuestre a la gente todo lo que puedo hacer y todo lo que me queda todavía por delante sin necesidad de ser encajada en una categoría”, ha explicado Bones en una entrevista con Daily Telegraph para hablar de White House Farm, una nueva serie de intriga que protagoniza.
“El miedo que tengo a fallar, a ser rechazada, a no hacer las cosas bien o a ser perfecta es algo que me ha limitado en muchas situaciones de mi vida. Creo que en estos años he aprendido a tener confianza en mí misma y afortunadamente ya no sufro por esas pequeñas cosas. Y gracias a eso tengo muy claro qué quiero y qué no quiero hacer en esta vida”, concluye.
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