La encargada de dar la voz de alarma, con el bombo y platillo que requería la ocasión, fue Alba Carrillo. La modelo había descubierto en su pelo a unos inquilinos indeseados para la casa de ‘GH VIP 7’: piojos. Una plaga que a ella le hubiese encantado que se propagara sobre las cabezas de sus compañeros con los que tiene un trato más tenso.
«¡Y tengo piojos! Su puta madre. ¡Ahora os jodéis todos! ¡Tengo piojos!«, eran sus palabras. Las pronunciaba poco después de asegurar que estaba a punto de tomar la decisión de abandonar un ‘reality’ en el que no está teniendo el protagonismo que se le presumía cuando conocimos el ‘casting’.
De hecho, Kiko Jiménez, uno de los que pueden salir esta casa de Guadalix de la Sierra, le proponía que se fuera ella y así, tanto él como el Maestro Joao -ojo a su baile de Bollywood-, nominados y que están a gusto dentro, continuarían con normalidad. Sobre todo él, que está poniendo los cimientos de ‘algo’ con Estela Grande.
Aunque pudiera parecer que era una broma de Alba, la presentadora de los resúmenes diarios, Lara Álvarez, confirmaba que era real. «Lo de los piojos va en serio», explicaba antes de añadir que la situación estaba controlada.
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