Estás planeando pedírselo a tu peluquero en esa cita que tanto llevas esperando, pero el mantenimiento de la melena que imaginas se te hace cuesta arriba. Por no hablar del temor al cambio radical que aporta un corte de pelo con flequillo. Aunque después de dosmás de dos meses de confinamiento y con numerosos tutoriales a la espalda sobre cómo cortar el flequillo en casa, comienzan a ganar peso las tijeras.
¿Por qué no hacerlo? Empieza por flequillos fáciles de llevar (y de mantener). Cortes ligeros y clásicos que puedes retocar tú misma en casa y que sientan bien a todo tipo de melenas (largas, cortas, lisas o rizadas). Además rejuvenecen y ponen buena cara al instante. Uno de estos tres estilos se convertirá en tu próximo objeto de deseo.
El flequillo cortina, ideal para todos los rostros
Ha pasado mucho tiempo desde que famososas como Brigitte Bardot o Jane Birkin convirtieran el flequillo cortina en todo un icono beauty. Desde entonces sigue recreándose y siendo uno de los favoritos de las chicas con más estilo, como el de la modelo francesa Mara Lafontan. Lo lleva en picado, ligero, abierto y por debajo de la sien.
¿El resultado? Un flequillo que aporta luminosidad a la mirada y que se puede manejar y retirar fácilmente en cualquier momento. Para retocarlo en casa, elige como referencia de longitud las cejas y corta en escala tan solo un par de centímetros cuando ya esté demasiado largo.
El shag, apto para melenas rizadas
Aunque a simple vista parezca un corte arriesgado, el flequillo estilo shag es el más fácil de llevar y el mejor para cualquier tipo de cabello. Es largo, desfilado y asimétrico, lo que permite poder llevarlo despeinado con un toque messy y cortarlo en casa, como hace Úrsula Corberó, sin miedo a que acabe en desastre. Y lo mejor es que este flequillo es perfecto para el pelo rizado porque se adapta a la perfección a las ondas naturales del cabello
El flequillo recto, un clásico fácil de cortar
Es cierto que el flequillo recto es más difícil de domar y que no está indicado para melenas rebeldes que se muestran contrarias a la simetría perfecta de este corte tupido. Pero su mantenimiento será tan fácil como cortar poco a poco unos centímetros bajo la guía de un peine. Todo en línea recta, por supuesto.
Y lo mejor es que este clásico armoniza y equilibra las facciones de la cara, rejuvenece, disimula la frente ancha, hace ojazos y queda de muerte con el eyeliner. ¡Todo ventajas! ¿Con cuál te quedas?
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