El presentador de televisión ha escrito un apasionado diario de su puño y letra titulado “Reír es la única salida”, con dibujos donde vuelca la adrenalina de sus noches en “Late Motiv”, reflexiones sobre sus días en Madrid y una mirada sobre esa Barcelona que ha aprendido a observar con cierta distancia. El libro sale a la venta el 20 de mayo.
Dado los tiempos que corren con el coronavirus, el titulo de tu libro viene que ni pintado….
Es cierto que el título ha tenido éxito y también el póster que yo mismo he dibujado y que es la portada del libro. A mí me hace feliz porque soy de este planeta, pero lo importante no es la frase sino la conciencia social para luchar contra lo que nos ha caído.
También haces tuyas las palabras de Letterman a la revista Rolling Stones y dices que la risa sirve para defendernos. ¿Tú de qué o de quien tienes que defenderte?
De todo lo que no me gusta y me altera la personalidad. En realidad yo soy pacífico, optimista, conciliador y divertido, pero vivimos en un mundo lleno de amenazas, de enfrentamiento, de agresividad…, en un mundo tóxico que cada día está más en primer plano y el humor te defiende de todo eso. Pero es muy egoísta porque utilizo el humor para impedir que ese tipo de gente se meta en mi vida.
“La desgracia viene sola, pero la alegría hay que buscarla”. Es una de las reflexiones que escribes y que te la dijo una espectadora.
Me lo dijo una señora de casi 90 años en un semáforo. Una señora bien vestida, que parecía de clase alta, me cogió el brazo y me soltó esa frase. Me pareció un “chute” de sabiduría. Yo suelo ser refractario al elogio y cuando esa señora alabó mi programa, no se me ocurrió otra cosa que decirle: “No se crea usted, tampoco es para tanto…” Y ella me respondió: “Sí, sí, lo creo porque las desgracias vienen solas y el humor y la alegría hay que ir a buscarlas”. Me sentí como un mayorista de risas: las provoco y las encuentro y eso me hizo entender un poco más mi oficio.
Aseguras que Bob Pop, uno de tus colaboradores estrellas en el programa es tu “influecer” personal. ¿Estás de acuerdo con él que el límite del humor depende de “como te caiga el moño bajo”, según su propia expresión? O la frase de Broncano de que “en España se castiga más el chiste que el insulto”.
La verdad es que últimamente, así parece. Yo aprendo mucho de mis compañeros y por eso, en el libro me he dedicado a recoger las píldoras de sabiduría y conocimiento de los demás. He descubierto escribiendo mi libro que no sé de casi nada, pero soy una esponja que absorbe de los demás. Decidí escribir el libro para recoger la cantidad de cosas interesantes que me dicen los demás y para que no se queden en el aire, como la televisión. Después de escribirlas intento releerlas y que se filtren en mí.
A lo largo del libro hablas con mucho cariño de tu equipo y de tus colaboradores. ¿Te consideras buen jefe?
Sí (es una afirmación rotunda, sin rastro de dudas). Pongo mucha energía y mucha determinación en conseguirlo. No me gustaría que me tolerasen porque soy el jefe y el que pago. Yo no puedo permitirme tener un mal día con mi gente. Al contrario, debo ser agradecido con las más de cien personas que trabajan conmigo y que consiguen hacerme brillar a mí como conductor, aunque luego sea un brillo colectivo. En cualquier caso, tampoco sé hacerlo de otra manera. Yo no sé gritar. Es más, cuando estoy muy muy enfadado con alguien, me callo y me voy. Es peor porque me lo quedo dentro, pero no quiero que el ambiente de trabajo se intoxique.
En la primera semana de tu diario hablas de una entrevista con el president Puigdemon todavía en la Generalitat y acabas con la reflexión de que el estado Español seguramente acabaría aceptando un referéndum sobre Cataluña. En la temporada siguiente de Late Motiv hablas ya de la falta de entendimiento entre Cataluña y España y se te nota que te preocupa la división que se ha creado en la sociedad. Y ahora ese problema se intuye como muy lejano. ¿Qué opinas?
Es un espejismo de las circunstancias porque el problema grande, que ahora es la pandemia, se come al pequeño, pero la fractura social entre catalanes y entre Cataluña y España sigue ahí. Mi libro recoge el día a día de “Late Motiv” durante los años 2017 y 2018. Luego dejé de escribir y más tarde seguí escribiendo. Ahora mismo estoy recogiendo lo que he vivido la última temporada 2019-2020, que empecé con una operación de espalda tras una lesión que me afectó más de medio año y justo cuando me recuperé llegó la pandemia. Y reflexionando sobre lo que escribo parece que sólo estoy recogiendo los años difíciles, tanto personales como en la sociedad y en la vida.
Hace tres años hablaste de la boda de Risto Mejide y él se molestó. ¿Te llaman mucho para quejarse?
No. La verdad es que no. Seguramente hay gente que se molesta, pero a mí sólo me llega de vez en cuando. En realidad yo evito el conflicto por cuestión de carácter. La intención de tirar un dardo es reírse, no buscar el conflicto y por tanto, tampoco animo a que siga. En este caso Risto continuó con el conflicto y yo me callé y punto. Yo no estoy aquí para hacer enemigos sino para divertir. Si alguien me considera su enemigo, lo respeto, pero ya está.
Mencionas a “algunos mediocres, envenenados de odio al verse parodiados”. ¿Eso te hace perder los estribos alguna vez?
Sí. Ese odio amenaza a esa parte de mi ser que quiere ser conciliadora, pacífica y un poco feliz y me pone muy nervioso, pero me entristece más que me enfurece. Creo que proliferan personajes que no entienden cuál es su función en este mundo y se descargan conmigo que soy un mero presentador, un simple cómico. Yo no soy un intelectual ni un líder social ni soy investigador ni tengo la verdad.
En el libro hablas mucho de tu hija Joana y se te cae la baba. ¿Estás hecho un padrazo?
Mi trabajo se mezcla continuamente con mi vida personal y mi hija me da una especie de toma de tierra maravillosa. Yo era un tipo divertido primero y luego atribulado, la crisis me zarandeó…y cuando van pasando los años y descubres la vitalidad de los niños, te das cuentaque tienes la medicina en casa. Sólo se trata de incorporar a mi hija y su visión al mundo real. Sí, la verdad es que soy muy padrazo.
Y también hablas bastante de Silvia…y con mucho amor. Y del cambio de estar solo en Madrid durante la semana y viajar a Barcelona el fin de semana para estar con tu familia, a que la familia al completo se traslade a vivir a la capital. ¿Os habéis adaptado fácilmente?
He desarrollado mi carrera durante 25 años en Barcelona y sólo llevo cinco en Madrid, pero el cambio nos ha hecho entender que lo importante es el núcleo familiar. Silvia (Abril) lo tuvo claro cuando vio que tanto viaje de Madrid a Barcelona durante un año y medio me estaba desgastando. Fue estar juntos todo el tiempo otra vez y empecé a respirar. Y eso se refleja en el libro. Me parece bonito y desde aquí hago un canto a la estabilidad familiar. Siempre le digo a Silvia que las cosas complicadas que he hecho en mi vida, seguramente no hubiera podido hacerlas sin ella y sin su apoyo.
Es cierto que, a lo largo del diario, se te ve muy cansado. ¿Trabajas demasiadas horas, es la responsabilidad del empresario con cien personas a su cargo o es que no sabes relajarte?
No calculé que ese cansancio se filtrara tanto. Piensa que el libro está escrito siempre por las noches, justo después de acabar “Late Motiv” y hasta altas horas de la madrugada. Pero creo que es el reflejo del momento emocional cuando me pongo a escribir más que mi cansancio en general. En cualquier caso llevo 30 años de carrera y un programa diario es una máquina de desgaste brutal, pero también me motiva mucho. En el diario quería ser sincero y no podía escribir que estoy perfecto, como cuando tenía 20 años. Claro, la responsabilidad es grande: radio, televisión y productora (El Terrat)…y no doy más de sí.
En contrapartida le das mucha importancia al deporte y a la alimentación sana. ¿Eso es desde que Silvia estuvo en Masterchef?
Siempre le he dado mucha importancia al deporte, aunque soy un deportista forzado. Lo que me gusta de verdad es no hacer nada o, como mucho, pasear, pero he comprobado que cuando me cuido estoy mejor. Por eso pongo en valor el ejercicio y la buena alimentación, aunque sólo sea por egoísmo. No creo que pudiera con todo lo que hago sin cuidarme.
Hay personajes que se nota que admiras: Lolita Flores, Miguel Rellán, Serrat, Bumbury, Javier Bardem…y esa emotiva despedida de Pepe Rubianes. ¿Eres amigo sin fisura de tus amigos?
Sí. Tengo pocos amigos. Ya me dijo mi padre cuando era niño: “tendrás pocos amigos pero buenos”. Y a ellos me amarro. Algunos de los invitados al programa que admiro se han convertido en amigos y otros siguen siendo conocidos, pero de todos he aprendido. Soy un privilegiado porque por “Late Motiv” va pasando gente inteligente que puede dar lecciones de vida y de profesión y yo siempre me quedo con algo de ellos si puedo. Soy como los vampiros (risas).
Pones a caer de un burro a Donald Trump. ¿Qué opinas de cómo está llevando este proceso de la pandemia por el coronavirus? ¿Mejor, igual o peor que nuestro gobierno?
La duda ofende. No salgo de mi asombro con las cosas que hace Trump. Aparte de la rueda de prensa en la que dice que inyectándose lejía igual se puede contener al virus, lo que más me disgusta de él es el desprecio que tiene por los medios de comunicación. Recuerdo que un periodista le dijo en una ocasión: “oiga, la gente quiere datos, no rumores”. Y el presidente de Estados Unidos le contestó: “Tú, cállate, que eres un mentiroso”. Me sentó tan mal queapagué la tele y me fui. Y escribí a un buen amigo de Washington, conocedor de la vida política y le dije: “Creo que Estados Unidos ha caído en el punto más bajo de su historia”.
¿Qué opinas cómo está gestionando esta crisis el gobierno español?
No tengo conocimientos suficientes para juzgar la acción técnica del gobierno. Un buen ejercicio estos días, que me aplicó a mí mismo, es hacer tu trabajo, que es seguir una serie de recomendaciones por el bien común. Todo lo demás, ahora mismo, envenena la ya difícil situación. Ya analizaremos cuando salgamos de ésta, pero, aun pecando de ingenuo, quiero pensar que los que están al frente de la peor crisis de nuestra historia, quieren que salgamos vivos.
¿Hasta cuándo vais a hacer un “Late Motiv” en casa? ¿Tenéis planes de vuelta y con qué medidas?
Tenemos previsto, pero todavía no está confirmado, la vuelta al plató. Yo soy bastante enemigo de los platós vacíos, sin público porque es lo mismo que una fiesta sin invitados y estamos trabajando en otra versión, que seguramente saldrá a final de temporada, en la recta final. Movistar nos ha animado a volver a una cierta normalidad, con todas las medidas de prevención posibles y en ello estamos. Pero como productor también estoy pensando en septiembre próximo y tendremos que idear algo más permanente que nos permita seguir hasta que vuelva el público al plató.
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