Chenoa recuerda su dura infancia en Argentina para lanzar un mensaje esperanzador

Chenoa (su espectacular cambio físico en cuarentena, aquí) entraba ayer por videollamada en ‘El Hormiguero’ para hablar de cómo está llevando el confinamiento y la resignación con la que ha tenido que afrontar que su boda tenga que posponerse por culpa de la crisis sanitaria. Y la cantante, en un clima distendido y en un programa que siempre se ha sentido a gusto, terminaba por recordar los años más duros de su infancia en Argentina y cómo, ahora, puede sacar una lectura positiva de aquello para hacer frente a la realidad a la que nos vamos a tener que enfrentar.

«Nací en el 75 en Argentina y en ese momento estaba la dictadura y también pasé la guerra de las Malvinas, y en el 83 cuando se va la dictadura nosotros salimos con una mano delante y otra detrás, luchando por sobrevivir y, gracias a Dios, Mallorca fue… por eso yo le debo tanto, porque para mí es la tierra que me ha dado la oportunidad de crecer y de ser mallorquina, que es como me considero», empezaba ese relato la artista.

Y continuaba dando valor al esfuerzo de sus padres para sacar la familia adelante: «Y ver a mis padres trabajar noche y día para poder pagar las cosas. El espíritu de lucha se mama en casa y se mama con las circunstancias«. Chenoa aprovechaba para hilar esta idea con la batalla que vamos a tener que afrontar siendo firmes: «Entonces creo que es un muy buen momento y que podemos hacerlo, yo estoy convencida y tengo fe y eso es básico ahora mismo.

«Intento dar un mensaje desde lo más profundo de mi corazón para todo el mundo que se sienta con ansiedad y estrés, que lo lleven a un lado y que puedan pelear, porque creo que vamos a tener que pelear«, remataba esa reflexión antes de desvelar que le encanta la Historia: «Cuando me fui a vivir sola tenía que cantar y no pude compaginar la universidad, estaba estudiando Historia del Arte«.

Me he dado cuenta de que soy muchísimo más simpática de lo que dicen»

Además, aseguraba que este tiempo de aislamiento le ha servido para mucho. Sobre todo, para conocerse y practicar el crecimiento personal: «He estado un poquito sola y he autodialogado conmigo misma. A veces estoy limpiando, porque me gusta mucho, me da calma, y me doy cuenta de que estoy hablando conmigo misma. Yo creo que no estoy bien, lo digo en serio. Me estoy conociendo mejor, me he dado cuenta de que soy muchísimo más simpática de lo que dicen».

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